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Perfil de los muertos por coronavirus: mayores de 60 y con problemas de salud


Hasta ahora el 80% de los fallecidos son personas de 60 años o más y el 75% tenían enfermedades previas, como diabetes

Hasta ahora el 80% de los fallecidos son personas de 60 años o más y el 75% tenían enfermedades previas, como diabetes

El 31 de diciembre de 2019 el gobierno de China notificó al mundo la existencia de un nuevo virus: el 2019-nCoV o nueva cepa de coronavirus de transmisión de animales a humanos. Días posteriores confirmó que el mismo también se transmitía entre personas.

La primera víctima mortal del coronavirus fue un hombre de 60 años y con problemas de salud, un perfil similar al de la mayoría de las víctimas de la neumonía viral que comenzó en China.

Pero tras el balance de los más de 722 muertos y 35.000 contagiados, los científicos afirman que el 80% de los fallecidos son personas de 60 años o más. Y que el 75% tenían enfermedades previas, como diabetes o en pacientes inmunodeprimidos. La tasa de mortalidad se mantiene en el 2,1%, según la Comisión Nacional de Salud china (NHC), una cifra mucho menor que el casi 10% del SRAS que mató a 800 personas en todo el mundo.

El 97% de las víctimas provenían de la provincia de Hubei, de cuya capital, Wuhan, surgió el coronavirus, una ciudad de 11 millones de habitantes. En concreto, surgió de un mercado que vendía animales vivos.

El mercado de Wuhan posee una colección de más de 100 animales muertos y vivos, salvajes y domésticos o productos de origen animal para el consumo humano. Los chinos suelen degustar una amplia variedad de animales -incluso especies inusuales y en peligro de extinción- y cualquier otro producto de alto nivel nutricional, siempre que no sea venenoso, bajo la filosofía de los beneficios de la alimentación para su salud. Esto constituye el reservorio para una verdadera cocketelera genética que puede asegurar el traspaso de agentes infecciosos entre distintas especies animales y de ellas al hombre.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró días atrás la emergencia internacional ante la rápida expansión del brote de la enfermedad de originada en Wuhan, China. “No sabemos qué tipo de daño puede ocasionar el virus si se propagara en un país con un sistema de salud más débil. Debemos actuar ahora para ayudar a los países a prepararse para esa posibilidad”, alertó su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

El brote de la enfermedad en Wuhan es a causa de una cepa nunca antes vista, que pertenece a una amplia familia de virus que van desde la que provoca el resfrío común hasta enfermedades respiratorias más graves como el SARS.

Científicos confirmaron que la nueva cepa es el séptimo tipo conocido de coronavirus que los humanos pueden contraer. Aunque se sabe que el coronavirus contagioso entre humanos, la OMS indicó que «la fuente primaria más probable de la epidemia parece ser animal, con algunas transmisiones limitadas de humano a humano que ocurren por contactos muy próximos».

“Los coronavirus son virus muy frecuentes y conocidos por la comunidad médica. Probablemente, la mayoría de las personas han tenido alguna infección por coronavirus, ya que son una de las causas principales del resfrío común que conllevan tos, estado gripal y estornudo”, explicó a Infobae el doctor Gustavo Lopardo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.

“Pero algunas veces, estos virus tienen la capacidad de hacer cambios en su esquema genético o lo que llamamos mutaciones. Así fue que a principios de este siglo, en 2003, un coronavirus se convirtió en un virus muy peligroso y fue conocido como SARS. Años después otro coronavirus produjo una enfermedad muy frecuente en Medio Oriente y se lo llamó MERS. Y hoy el mundo está atento a un nuevo virus que proviene de China”, agregó el experto infectólogo en el Hospital de Vicente López, Bernardo Houssay y en los laboratorios del Dr. Stamboulian.