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Pérdida auditiva, una afección que aparece cada vez a edades más tempranas


 

El ruido ambiental en boliches, bares, conciertos, gimnasios, eventos deportivos y cines, como el uso de auriculares a altos volúmenes, tiene un impacto cada vez mayor en la pérdida de la audición a temprana edad, coinciden especialistas a días de la Semana Internacional de la Sordera, que será entre el 24 y el 28 de este mes.

«Los jóvenes se exponen a niveles poco saludables de ruido ambiental en discotecas, bares, conciertos, gimnasios, eventos deportivos y cines», indicó Mirta Sterin, del Servicio de Audiología del Hospital de Clínicas.

Y continuó: «También suele tener una alta incidencia en la salud auditiva el estudiar música, ser músico profesional o usar auriculares, jugar videojuegos y reproducir canciones sin tener en cuenta el volumen del sonido».

La especialista explicó que «la exposición al ruido daña estructuras internas de la cóclea y provoca cambios del umbral auditivo de forma temporal o permanente; también puede aparecer el acúfeno (tinnitus o zumbido) crónico, que funciona como señal de advertencia y clara manifestación de lesión coclear».

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.100 millones de jóvenes (entre 12 y 35 años de edad) están en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición al ruido en contextos recreativos.

«Si bien con el aumento de la edad se produce una disminución de la capacidad auditiva, este no es el único motivo. Un estudio que realizamos a personas que residen en Buenos Aires, el conurbano, Rosario y Córdoba, nos indicó que el 62% de la población cree que la pérdida auditiva está relacionada con la vejez», señaló Mónica Matti, fonoaudióloga y responsable de un centro de salud especializado.

En ese sentido, Matti sostuvo que «la exposición a sonidos excesivamente elevados de manera sostenida en el tiempo, por ejemplo en algunos trabajos donde se emplee maquinaria ruidosa, puede generar disminución auditiva de diferentes grados. También algunos medicamentos, enfermedades infecciosas u obstrucciones del canal auditivo son causante de estas molestias».

La disminución de la capacidad auditiva, comúnmente llamada hipoacusia, se define como a perdida parcial de la audición desde leve a profunda y que puede afectar a uno o ambos oídos.

La OMS señala que 466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños; y se aclaró que el 60% de esos casos las causas eran prevenibles.

El organismo calcula que para 2050, más de 900 millones de personas –es decir, una de cada 10– sufrirá una pérdida de audición discapacitante.

«La detección e intervención tempranas son fundamentales para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición. Es importante que una persona expuesta a factores de riesgo en su vida cotidiana pueda identificarlos y tomar las medidas pertinentes para reducir su impacto», señaló Matti.

En el mismo sentido, Sterin sostuvo que «también se hace imprescindible concientizar sobre la adopción de medidas preventivas que contemplen aspectos como la intensidad o volumen, frecuencia y duración de exposición al ruido recreativo, así como la necesidad de desarrollo legislativo y creación de campañas informativas para generar conciencia».

En ese contexto, el 24 y 25 de septiembre, el Servicio de Audiología del Hospital de Clínicas realizará una campaña para prevenir, detectar y tratar lesiones auditivas.

La convocatoria está orientada a jóvenes de 16 a 30 años que estén expuestos a altos volúmenes de sonido, y los controles se realizarán en el sector de Audiología en el primer piso del Hospital de 8:30 a 11 horas.

El último domingo de septiembre de cada año se celebra a nivel mundial el Día de la Sordera y fue instaurado por la Federación Mundial de Sordos en 1958 para conmemorar el primer congreso mundial de la organización.

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