Espectáculos

Pepe Cibrián: «Nunca he escrito sobre temas tan álgidos y ya es hora de que lo haga»


El director teatral estrena este sábado 17 la obra "Infierno blanco", un musical de su autoría

El director teatral Pepe Cibrián Campoy estrena este sábado a las 20 en el teatro El Cubo, «Infierno blanco», una obra musical de su autoría que describió como «una historia de amor atravesada por uno de los flagelos de la humanidad como es la droga», que sentía que era una temática que era «hora» de que abordara en su carrera.

«Este proyecto surgió a partir de una relación particular, personal, que me llevó a hacer esta crítica y esta presentación de lo que he vivido de alguna manera», señaló Cibrián Campoy en charla con Télam.

«Nunca he escrito sobre temas tan álgidos y me parece que ya es hora de que lo haga», abundó el hacedor de obras como «El jorobado de París», «Calígula, un nuevo musical» y «Drácula, el musical», entre otros.

La trama aborda la historia de Bertil Olafson (Lautaro Calzona), quien es un importante narcotraficante, un personaje completamente ambiguo no solo en lo sexual, sino también en su comportamiento, un ser sin escrúpulos. Un criminal para la sociedad moderna y, a la vez, un joven completamente indefenso y solitario, que a partir de un momento se encuentra ante un dilema filosófico.

Por otra parte, su antítesis, Charly Sommerset (Luis Machuca) un joven centrado, honesto, soñador y sobre todo ético y estético, quien cae en sus planes de seducción a raíz del abandono de su pareja Patrick Salisbury (Maximiliano Areitio), da lugar al comienzo de una historia de amor entre dos personajes de universos tan distintos.

«Busqué retratar el horror a través de una relación de amor entre dos hombres, un traficante de drogas y de armas que se enamora de un joven que no tiene nada que ver con ese mundo y el conflicto que a partir de allí se genera», explicó Cibrián Campoy.

En ese sentido, el referente de la comedia musical local agregó: «Si convivís con alguien adicto o te volvés un adicto también o te separás, porque es otro el lenguaje, son otros los códigos y otra la forma de vivir».

Lucila Franco Esteinou, Aldana Moriconi, Claudia Duce, Diego Soler, Nacho Marino. Felipe Bou Abdo, Ludmila Piovano, Paloma Cacciavillani, Brisa Aparicio, Pamela Nieves Rosenstock, Melody Szulfman y Tomás Vila completan el elenco de la pieza.

—¿»Infierno blanco» plantea alguna reflexión?

—Sí. Tiene que ver con la decisión, con el hombre y la esperanza. Uno es responsable de sus propias acciones y se tiene que hacer cargo.

—¿Cuál es la particularidad de esta nueva propuesta?

—Es una etapa distinta de las que he tenido hasta ahora, en cuanto a los planteos, la estética, la dramaturgia y las historias que estoy eligiendo. Es diferente, propone temas más candentes y menos poéticos e históricos o novelescos, apunta al hoy, al ahora y va a pegar desde ese lugar.

—La música la creaste junto a Ariel Dansker, ¿qué tuvieron en cuenta?

—Ariel hizo los arreglos y yo las melodías. Es muy heterogénea, se logró una síntesis con la obra muy interesante. Es una música oscura, romántica, por momentos divertida, porque hay situaciones de humor; ha sido un collage musical. Es muy ecléctica y con una base orquestal.

—¿Considerás que es el momento de contar otras historias de amor, que hay una apertura en la sociedad y se quieren ver otras propuestas?

—Sí, como escritor y como ciudadano. Yo hablé en el Congreso defendiendo mis ideales y en ese momento hablar de la homosexualidad y defenderla de la manera efusiva en que lo hice no era algo fácil. Me exponía a una excomunión social, tenía enfrente una corporación como la Iglesia, y sin embargo no fue así, al contrario. Esa ley (la del Matrimonio Igualitario) permitió que luego se empezaran a dar otros derechos, abrió la cabeza a la gente. A algunos aún no, pero sí a muchos. Los jóvenes lo toman como algo tan natural y son los que van a disfrutar en el futuro de todo lo que los grandes estamos haciendo para seguir sumando derechos. Entonces no creo que esta obra vaya a impactar como hubiera sucedido hace 15 años; consideré que era muy bella esta historia de amor entre estos dos hombres. Ya no hace falta convencer a nadie. Hoy se genera una empatía con el público con temas que antes eran tabú.

—La historia transcurre en países como Noruega y Francia, ¿por qué esa elección?

—Noruega tiene una sociedad muy abierta y Francia es sofisticada, y nosotros ni somos tan abiertos ni somos tan sofisticados. Que la historia transcurra allí tiene un encanto que no tendría en Nueva York siquiera, pero sí lo tiene París, que es una ciudad mágica. Ya al nombrarla te imaginás una sociedad abierta, con otros conceptos diferentes a los nuestros, que recién estamos dando los primeros pasos de algo que ellos ya hicieron y con mucha preponderancia.

—¿Cómo fue la experiencia de dirigir a un elenco tan grande en tiempos de pandemia y con protocolos?

—Al principio ensayamos mucho por Zoom, durante siete meses, lo cual no lo hacía fácil pero tampoco fue imposible; queríamos ir avanzando para cuando pudiésemos estrenar de manera presencial. Fue un desafío, pero uno se va acostumbrando a todo. Además es un elenco maravilloso y de mucho profesionalismo.

—Fuiste jurado del «Cantando 2020», ¿qué te dejó esa experiencia?

—Fue muy grata. Todo el mundo fue muy gentil, me cuidaron mucho, y cuando tuve que parar por contagios cercanos me di cuenta de que no era lo mío. No porque fuese malo o bueno, pero no me sentía integrado del todo a ese formato.

—¿Cuáles son las expectativas de la vuelta al teatro presencial en este momento?

—Creo que poco a poco la gente va a ir acostumbrándose en la medida que se siga vacunando y que se sienta más segura. Hay que tener paciencia, pero estoy seguro de que el teatro va a salir adelante.