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Peng Shuai y violencia de género, los temas urgentes del tenis


La tenista china sigue desaparecida tras haber denunciado por abuso sexual al ex viceprimer ministro de China; a su vez el alemán Alexander Zverev fue acusado por golpes por su ex novia

El mundo del tenis está muy movilizado en las últimas semanas por la presunta desaparición de la doblista Peng Shuai tras haber denunciado por abuso sexual al ex viceprimer ministro de China, mientras en paralelo tiene al reciente campeón olímpico alemán Alexander Zverev acusado de violencia de género por su ex novia.

Peng, quien llegó a ser número uno mundial en dobles, publicó en la red social Weibo que Zhang Gaoli (viceprimer ministro de China entre 2013 y 2018) la había forzado a mantener relaciones sexuales y a ser su amante durante años.

La publicación fue eliminada a los 20 minutos por Weibo, pero tuvo repercusiones inmediatas en otras redes.

Desde el N°1 serbio Novak Djokovic, la estadounidense Serena Williams y la japonesa Naomi Osaka hasta los argentinos Gabriela Sabatini, Diego Schwartzman y Nadia Podoroska se preguntan en Twitter, Instagram y demás redes sociales “¿Dónde está Peng Shuai?”. La consigna es tendencia y ocupa las portadas de importantes diarios deportivos como L’Equipe de Francia y Marca de España.

La WTA, asociación de tenistas mujeres profesionales, pidió pruebas fehacientes de que Peng se encuentra fuera de peligro -al igual que otras organizaciones como Amnistía Internacional y la ONU- y puso en duda la veracidad de un mail supuestamente escrito por la tenista donde decía que no estaba perdida y que la acusación de agresión sexual atribuida a ella era falsa.

El ente rector del tenis femenino advirtió además que retirará sus torneos de China si Peng Shuai no aparece y si no se investigan sus acusaciones.

“Hemos intentado comunicarnos con Peng Shuai a todos los números de teléfono y direcciones de correo electrónico que disponemos, y a través de otras formas de contacto, pero todavía no obtuvimos ninguna respuesta», explicó Steve Simon, CEO de la WTA.

Mientras, en redes sociales circularon supuestas imágenes de la tenista china de 35 años este fin de semana en su casa, posando con peluches y jugando con su gato, aunque no se comprobó su veracidad.

Hasta la Casa Blanca, a través de su secretaria de prensa Jen Psaki, pidió que China «proporcione pruebas independientes y verificables» del paradero de Shuai; en tanto que el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Zhao Lijian afirmó que no sabía “nada” del caso y que no era “un asunto diplomático”, y el medio chino Global Times aseguró que Peng se encuentra en buenas condiciones y “aparecerá en público pronto”.

La situación de Peng Shuai, una de las mejores jugadoras chinas de la historia y ganadora de Wimbledon y Roland Garros, escaló a estos niveles por el poder de viralización de las redes sociales.

El caso de Zverev -un top actual del tenis masculino- fue tratado de otra manera a nivel mediático y por la ATP (Asociación de tenistas profesionales), que todavía no tiene protocolo de actuación cuando los casos de violencia son cometidos por sus propios deportistas.

El tenis se apoya en la guía del Comité Olímpico Internacional (COI) llamada «Safe Sports for all», donde se analizan los temas de acoso y abuso sexual, discriminación, sexismo y salud mental, entre otros. Pero ¿qué pasa cuando los violentos son los tenistas? ¿Por qué el tenis no tiene un plan para activar en casos de violencia de género? En otros deportes superprofesionales como la NFL y la NBA ya existe un procedimiento para separar al jugador involucrado hasta el esclarecimiento de los hechos.

Olya Sharypova, ex novia de Zverev, denunció públicamente al campeón olímpico en Tokio: contó que vivió un infierno en su relación -de poco más de un año- con golpes, amenazas, daño emocional y hasta un intento de asesinato.

Sharypova, puntualmente, se refirió a lo ocurrido en el US Open 2019, cuando quiso dejarlo. “Fue una pelea aterradora; me empujó a la cama, tomó una almohada y se sentó encima de mí. No podía respirar. Todavía no entiendo cómo escapé». Zverev le sacó el pasaporte y la obligó a volver. Días después, en la Laver Cup de Ginebra, el tenista continuó con los maltratos y le pegó. «Traté de suicidarme con insulina y pasé tres días en cama”, admitió la rusa en una entrevista que le dio al periodista Ben Rothenberg en noviembre de 2020.

En el Masters 1000 de Shanghai 2019, Sharypova dijo que Zverev volvió a abusarla psicológica y físicamente en el hotel. Ella volvió a inyectarse insulina y él llegó a ahorcarla: “Espero que te mueras, pero no lo harás en mi habitación. Inyéctate insulina si quieres en la calle, pero yo no quiero problemas».

El alemán, que nunca dejó de jugar ni fue apartado del circuito, negó todas las acusaciones, aunque la ATP abrió una investigación en su contra por el episodio de Shanghai.

Zverev no sólo se mostró a favor de que se lleve a cabo la investigación de la ATP y otra independiente, sino que obtuvo una orden judicial contra la publicación por “acusaciones difamatorias y falsas” contra su persona que fueron replicadas por miles de medios en todo el mundo.

El campeón olímpico fue más allá y manifestó que «siempre he apoyado la creación de una política contra la violencia doméstica propuesta por la ATP”. Y, claro, él también se pregunta «¿Dónde está Peng Shuai?».