Una charla a fondo con el reconocido guionista repleta de humor, sobre una particular manera de analizar el peronismo
Por Ariel Gómez
Una historia del peronismo en 27 relatos, 74 reflexiones y más de 140 metáforas que pueden servir para regocijo del simpatizante, como valiosa información para el desconocedor o el extranjero, o también como guía práctica para que el antiperonista pueda acabar de una vez por todas con el monstruo que desde hace más de 70 años azota a la Argentina. Y coso. Así se llama el último libro del reconocido guionista y escritor Pedro Saborido, editado por Planeta. El título, interminable, es apenas una muestra del análisis en clave de humor, llegando a momentos de delirio. No apto para leerlo en el colectivo o en la sala de espera del médico.
En diálogo con CLG, el autor afirma que “es una prolongación de Bombita Rodríguez, el personaje que hacíamos en Peter Capusotto y sus videos, con distintas escenas sobre el peronismo. Es una mirada como la que hice con el rock o con el fútbol”, y agrega que a lo largo de la lectura “uno puede sacar sus propias conclusiones, pero son cuentos y relatos que tienen su propio análisis, con personas que van explicando cada cuento para darle interpretación”.
El libro recorre a través de sus 274 páginas distintos matices del peronismo, uno de los movimientos más importantes de la historia política del país. Y este recorrido tiene la marca Saborido. Así se puede llegar a encontrar una máquina para convertir a los uruguayos en peronistas, el desarrollo de un “sommelier de traidores”, o una delirante y fascinante “charla” entre Victoria Ocampo y un peronista invisible.
“De esta manera uno se asoma a esto que tiene el peronismo de reírse de sí mismo. Y esa capacidad es la que hoy lo hace cambiante y perfectible. Dado que es un movimiento, y como tal, se rige por un gran objetivo, que a veces es compartido por un montón de gente que no tiene coincidencias de tipo ideológicas pero el peronismo los junta, y ahí se dirime, de alguna manera, lo que es la unidad de ver determinadas cosas para avanzar hacia otras”, sostiene
Nacido en Gerli, provincia de Buenos Aires, Saborido fue asistente de sonido en películas como Los chicos de la guerra y Esperando la carroza. A fines de los años ’80 se dedicó al humor político junto con Omar Quiroga en Radio Mitre y FM 100. Luego ambos pasarían a la televisión para guionar a Tato Bores.
“Al peronismo se le pide pureza, pero eso es, precisamente, lo que no permite avanzar. La pureza lleva a la inmovilidad y a la asociabilidad. Cualquier persona que se mezcle con otra ha dejado algo en algún lugar, y se ha vuelto impuro. Esto no quiere decir que haya transado, hay diferentes niveles, pero creo que ahí es donde está lo interesante. Arriesgarme a hacer algo es hablar de la impureza de la materia y del mundo. Y el grado de esa impureza es lo que te puede convertir en un hijo de puta o no. La pureza absoluta no existe”, esgrime Saborido.
En carrera luego vendrían otros ciclos, como Magazine For Fai, Delikatessen y Todo x 2 pesos, programa que creó junto a Diego Capustto, Fabio Alberti y Néstor Montalbano. Desde hace once años, junto a Capusotto, hace el programa Peter Capusotto y sus videos, que en algún momento tuvo su prolongación en radio, libros y hasta una película en 3D, de la que fue director y guionista. Sostiene, además, que “reírse de algo no es burlarse o despreciarlo. El humor no tiene un solo sentido, puede ser bueno o malo. Te podés reír de tu enemigo o de tu mamá, o tu hermano, pero esas risas tienen amor, no odio. En todo caso, el humor puede ser la manera más dulce con la que podés tramitar o ejercer un problema con tu vieja”.
Identificado ideológicamente con el peronismo, Saborido lleva adelante su capacidad de generar humor político con una mirada desde ese lugar. “Nunca despreciamos hacer humor político, es la mejor manera de que las personas se puedan poner de acuerdo, con sus faltas y problemas, con los políticos que pueden ser corruptos y abusadores del poder. Pese a todo eso la política sirve, porque no la definen los políticos corruptos, ese es un problema de la política. A la política la definen las militancias que han logrado la democracia, las leyes y los derechos de la gente. Eso también es la política, como los sindicalistas que, gracias a ellos, no hay trabajo esclavo, y hay leyes y derechos. Si no aprendemos a hacer estas diferenciaciones, estamos en problemas”.