Uno tiende a relacionar el estar al aire libre con la actividad física, pero no hace falta salir a correr para transcurrir unos minutos afuera. Hacerse un rato al día para entrar en contacto con la naturaleza, hace que pensemos mejor y que nos cansemos menos.
Un nuevo estudio de la Universidad de Alabama en Birmingham halló que quienes pasan tiempo al aire libre experimentan beneficios tanto físicos como mentales.
Estar al aire libre por tan solo 20 minutos proporciona reducción del estrés y recuperación de la fatiga mental.
El nivel de una ejercitación física de una persona al aire libre no se relaciona con una mejora del bienestar. Esto se traduce en que, simplemente sentarse en un banco o dar un paseo sin prisas, puede mejorar tu salud significativamente.
Un estudio apartado descubrió que la exposición a los árboles, el canto de los pájaros y el cielo puede aumentar el bienestar, especialmente para aquellos que viven en urbes. Es que, las personas que viven en ciudades tienen un riesgo de depresión casi un 40% mayor y los factores ambientales son una gran influencia.
Fuente: La Nación