Opinión

Parques Industriales: una fórmula de desarrollo históricamente exitosa


Por Mercedes La Gioiosa

La concentración geográfica de empresas industriales es motor de desarrollo y prosperidad para muchos países y regiones del mundo.

Con más o menos planificación, con más o menos capital privado inicial o estatal, la consolidación de estos centros resultó siempre en un salto de calidad para la estructura económica de su área de influencia.

Como todo gobierno de génesis peronista, el del presidente Alberto Fernández hizo de la promoción industrial uno de sus ejes centrales.

Creó en 2019 el Ministerio de Desarrollo Productivo y desde esa cartera se trabajó en la actualización y modificación de la normativa vigente del Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales, con especial énfasis en el diseño y puesta en valor de las herramientas pertinentes para la consecución del objetivo primordial de esta política pública: promover el desarrollo territorial y la generación de empleo local.

A menos de un año del relanzamiento del programa, las 23 provincias argentinas hoy tienen parques industriales y cada día se suman proyectos para incorporar nuevos desarrollos de este tipo.

La inscripción de estos nodos productivos en el Registro Nacional de Parques Industriales (RENPI), aumentó 41% entre diciembre de 2019 y julio de 2021. La mayor variación se vio en la región del noroeste argentino (NOA), con un alza del 60%. Lo que habla a las claras de la certidumbre que genera el gobierno nacional en el sector industrial.

Este programa, que se inscribe en el paquete de medidas de reactivación productiva, cuenta entre sus beneficios con aportes no reembolsables (ANR) de hasta $ 60 millones -por proyecto- destinados a obras de infraestructura intramuros y estudios para la construcción, ampliación y/o regularización del parque.

Además, otorga financiamiento con bonificación de hasta 50% de la tasa nominal anual para instalación o ampliación de la capacidad productiva y ampliación de terrenos.

Como complemento, brinda créditos por $2.500 millones anuales con tasas subsidiadas del Banco Nación para facilitar la radicación y desarrollo de empresas dentro de esos espacios.

A la fecha, ya entregó asistencia por $2.027 millones para más de 150 obras de infraestructura en 37 parques industriales instalados en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe y
Tierra del Fuego.

La provincia de Buenos Aires -la de mayor desarrollo industrial y principal polo productivo del país- recibió subsidios por $755 millones para 14  agrupamientos bonaerenses.

Según relevamientos estadísticos oficiales, durante el gobierno de Mauricio Macri la industria argentina en su conjunto sufrió una retracción del 13%. Apertura de las importaciones, incrementos de costos por las subas de tarifas de servicios y caída de la demanda en el mercado interno fueron las causas de este resultado.

El Programa Nacional de Parques Industriales fue literalmente desfinanciado, lo que explica el desinterés con que se tomó a este sector productivo en esa gestión.

Afortunadamente ahora tenemos un gobierno consciente de la importancia que tiene el sector industrial para la generación de empleos, el desarrollo armónico de la economía y la promoción territorial. Por eso es que registramos este crecimiento en la inscripción para la habilitación de nuevos Parques Industriales.

Pero el efecto de esta política industrial no solamente beneficia a las «industrias» sino también a los municipios donde se radican por el efecto de la mayor actividad que generan; y a los trabajadores que tienen espacios de trabajo más amplios, higiénicos y seguros.

Las empresas también se benefician por la proximidad de muchos de sus proveedores que deciden radicarse en el mismo parque; se beneficia el país al incrementar su PBI con una planificación productiva más eficiente y que reduce costos (logísticos, impositivos, etc.); y se beneficia la comunidad toda al agrupar plantas industriales en espacios donde puede reducirse y fiscalizarse con más eficacia el impacto ambiental.

(*) – Mercedes La Gioiosa es directora de Desarrollo Regional de la Nación.