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Parque Provincial Ischigualasto: una ventana al origen de los dinosaurios


Está a 330 kilómetros de la ciudad de San Juan y es famoso porque entre sus rocas guarda el secreto de millones de años

Por Violeta Marcovich, especial para Télam

El Parque Provincial Ischigualasto, en la provincia de San Juan, llamado por los diaguitas que pasaron por el lugar «Tierra donde no hay vida», conforma junto al Parque Nacional Talampaya (La Rioja), el mayor conjunto continental de fósiles del mundo, y un paraíso para los entusiastas de los dinosaurios.

Esta gran área protegida de 65 mil hectáreas, situada a 330 kilómetros al norte de la ciudad de San Juan, es famosa no solamente por sus vistas sino porque entre sus rocas guarda el secreto de millones de años de historia evolutiva.

Las formaciones geológicas de este sitio tienen una antigüedad de entre 200 y 250 millones de años, donde se puede apreciar el trabajo paleontológico y parte de su resultado a través de las décadas.

El también llamado Valle de la Luna está ubicado sobre la ruta escénica RN150 (como se le llama a las rutas temáticas, en este caso, de Dinosaurios), a 80 km de San Agustín del Valle Fértil, cabecera departamental, donde se puede hacer base antes o luego de la excursión.

Recorrerlo en verano puede ser un desafío debido a las altas temperaturas de esta zona desértica, pero el abrasador sol sanjuanino se vuelve un compañero de travesía. No obstante, no conviene subestimarlo y es recomendable usar protector solar, gorra o sombrero y llevar agua para el camino.

Es un lugar convocante (en 2023 fueron más de 150 mil los visitantes) y donde se ha notado el aumento de turistas brasileños. El ingreso es por orden de llegada y los grupos parten cada una hora aproximadamente. Hasta mediados de marzo el horario es de 8 a 17 y luego se acorta el rango de 9 a 16hs.

Ischigualasto es parque provincial desde 1971 y en el 2000 la Unesco lo nombró Patrimonio Natural de la Humanidad y es en gran parte por su importancia científica más que solamente por su belleza.

«Hace 230 millones de años aparece un grupo de vertebrados que va a marcar la historia evolutiva de los animales en la Tierra durante cientos de millones de años y son los dinosaurios, y es en Ischigualasto donde están los dinosaurios primitivos conocidos mejor preservados del mundo» resaltó a Télam el paleontólogo e investigador del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ Ricardo Martínez.

«Si queremos saber cómo se originó ese grupo y que actualmente nos rodea, porque las aves son descendientes de los dinosaurios, tenemos que necesariamente estudiar Ischigualasto’ dijo el paleontólogo.

«Llama la atención cómo se extinguieron, pero en realidad es mucho más enigmático el origen de los dinosaurios, que es lo que nos venimos preguntado hace muchos años, hemos encontrado algunas respuestas y seguimos trabajando en otras» comentó el también geólogo sanjuanino, descubridor de especies como el Eoraptor, Eodromaeus, Panphagia, Sanjuansaurus.

El circuito tradicional tiene una duración de tres horas y consiste en un recorrido de 40 kilómetros dentro del parque que el visitante recorre en su propio vehículo (o el de la excursión contratada).

Es un camino de tierra, pero bien mantenido, algo sinuoso, pero fácilmente transitable por cualquier tipo de vehículo, y además, guía encabeza la caravana que se detendrá a lo largo de cinco estaciones.

La singularidad geológica del lugar, producto del movimiento de las placas tectónicas, va de la mano con la importancia paleontológica, porque ese cambio de terreno ocurridos hace más de 200 millones de años dejaron al descubierto las capas del periodo triásico.

En la primera parada, el «Valle Pintado» recibe al grupo con su gama de colores, mientras el guía explica ampliamente qué ocurrió geológicamente en esa zona y queda a la vista por qué también se lo conoce como Valle de la Luna.

Luego será el turno de la Cancha de bochas, donde aún quedan algunas de las perfectas formas circulares surgidas de un elemento orgánico y que producto de la acumulación de sedimento, la erosión del agua y el viento tomaron su forma. Nada en el parque es estático, nuevas piedras redondeadas emergen y otras se desintegran por la amplitud térmica..

En cada parada las pasarelas de madera sirven de senderos, no solo para hacer más cómoda la caminata sino para preservar el suelo, porque toda la zona es un potencial yacimiento paleontológico, de hecho en la Cancha de Bochas se han encontrado algunos de los más notables restos fósiles, como los del Sanjuansaurus Gordilloi.

Luego, de nuevo a los autos, y se emprende rumbo al «Submarino», una formación llamada así porque justamente parecía una de esas naves, pero que se vio abruptamente modificada en 2015 por un derrumbe que generó un temblor. A pocos metros del original, hay una formación que parece también un submarino y ese fue señalizado «en honor a las víctimas del ARA San Juan».

A mitad de recorrido, los turistas son guiados al Museo de sitio William Sill, un oasis en medio del camino, porque además de comenzar a contar la historia de los fósiles de los vertebrados encontrados aquí, hay una cafetería y sanitarios.

El lugar es una construcción erigida donde se hallaron algunos de los fósiles más antiguos encontrados, como los del Ischigualastia, que están a la vista como parte de una instalación que explica el trabajo de los paleontólogos.

Finalmente, la caravana llega a El hongo, la geoforma más fotografiada y representativa del parque, donde los visitantes no paran de posar con la figura rocosa detrás, mientras el guía explica que saben que en un futuro, no muy lejano, la figura podría cambiar como ocurrió con el Submarino.

En el fondo están las «Las barrancas coloradas» un enorme paredón rojizo de más de 125 metros de alto, que es el límite natural con Talampaya y La Rioja y que acompaña el último trayecto dentro del «circuito tradicional».

Apenas queda atrás la muralla, hay un sendero que no está señalizado y que lleva a lo que en algunos años se convertirá en una – sino la mayor- atracción: ‘La cama de huesos’, un gran yacimiento hallado en 2018 por la expedición comandada por Martínez y el geólogo Oscar Alcober.

El descubrimiento fue difundido en 2021 y está en pleno estudio porque contiene cientos de fósiles de especies diferentes. ‘Realmente será interesante para el visitante porque están tan llamativos y a la vista. Son cientos y cientos de huesos», reveló.

De nuevo en la zona de servicios, espera la visita al centro de Interpretación de la Facultad de Ciencias Exactas y naturales de la UNSJ que tiene reproducciones de los dinosaurios de la zona y fósiles verdaderos.

El parque también se puede visitar de noche cuatro veces por semana, en el «Circuito con luna llena», y además. hay otros circuitos de senderismo guiados, como la «Caminata al Cerro Morado», el «Circuito Río Salado» y trekking al «Cañón de la Peña», y también se puede recorrer los 12 km del Circuito Mountain Bike, con guía local, en las bicicletas del parque,