Investigadores de Derechos Humanos de la ONU acusaron a Facebook de haber tenido un «rol determinante» en el posible genocidio contra la minoría rohingya de Myanmar, la ex Birmania, al servir como plataforma para difundir discursos de odio.
La relatora especial sobre la situación de Derechos Humanos en Myanmar, Yanghee Lee, manifestó sentirse preocupada de «que Facebook se haya convertido en una bestia, y no en lo que originalmente pretendía».
Casi 700.000 rohingyas huyeron del estado birmano de Rakhine al vecino Bangladesh, desde que Myanmar -un país budista cuya líder de facto es la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi- lanzara una campaña militar en ese estado, hace seis meses.
Los rohingyas denunciaron que el Ejército birmano y turbas parapoliciales asesinaron o violaron a cientos de civiles e incendiaron cientos de poblaciones de Rakhine como parte de una campaña que Estados Unidos y la ONU han calificado de «limpieza étnica».
Marzuki Darusman, presidente de la Misión Internacional Independiente de Investigación de las Naciones Unidas en Myanmar, sostuvo en declaraciones a la prensa que las redes sociales ocuparon un «rol determinante» en ese sentido.
Facebook «contribuyó sustancialmente al nivel de acrimonia, disensión y conflicto, si se quiere, entre las personas. El discurso de odio es ciertamente parte de eso. En lo que respecta a la situación de Myanmar, las redes sociales son Facebook, y Facebook es las redes sociales», añadió en declaraciones publicadas hoy por la BBC.
Por su parte, la compañía de Mark Zuckerberg hizo oídos sordos y aseguró que «no hay lugar para los discursos de odio» en su plataforma.
«Nos tomamos esto de forma muy seria y trabajamos con expertos en Myanmar durante muchos años para desarrollar recursos de seguridad y campañas contra-discursos», explicó un vocero de la red social a la BBC.
«Por supuesto, siempre se puede hacer más y vamos a seguir trabajando con expertos locales para mantener segura a nuestra comunidad», agregó.
El informe de la ONU está basado en más de 600 entrevistas con víctimas y testigos de abuso de derechos humanos, que fueron desarrollados en Bangladesh, Malasia y Tailandia.
Además, el equipo analizó imágenes satelitales, fotos y videos tomados en Myanmar.
«Sabemos que los budistas ultranacionalistas tienen sus propios Facebook y están realmente incitando mucha violencia y mucho odio contra el pueblo de Rohingya y otras minorías étnicas», alertó Yanghee Lee.