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Para el Vaticano, vacunarse contra el Covid ayuda a cuidar «el bien común»


"La moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común", planteó hoy la Congregación para la Doctrina de la Fe, el organismo vaticano encargado de la doctrina

 

El Vaticano consideró hoy que la vacunación contra el coronavirus ayuda a perseguir «el bien común», y pidió a la comunidad internacional que el acceso no resulte en un «costo excesivo» para los países más pobres.

«Desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común», planteó hoy una nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el organismo vaticano encargado de la doctrina.

«Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos», agregó la misiva divulgada por la oficina de prensa de la Santa Sede.

«Sin embargo, quienes, por razones de conciencia, rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados, deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso», profundizó la comunicación.

En ese punto, insta a quienes no quieren vacunarse a «evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables».

Para el Vaticano, «existe también un imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un costo excesivo para ellos».

Esta semana, un artículo del diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, había publicado que los países ricos, que representan el 14% de la población mundial, han adquirido el 53% de todas las vacunas.

«La falta de acceso a las vacunas se convertiría, de algún modo, en otra forma de discriminación e injusticia que condenaría a los países pobres a seguir viviendo en la indigencia sanitaria, económica y social», argumenta el comunicado, retomando el pedido del Papa para que la vacuna esté disponible de forma gratuita a toda la humanidad.