Política y Economía

Para el Fondo Monetario, el dólar debería aumentar 25%


El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el tipo de cambio real en la Argentina está atrasado y recomendó subirlo 25% para bajar el déficit de las cuentas externas.

Según el informe del organismo, el tipo de cambio real está sobrevalorado en un rango de 10 a 25 por ciento, «comparado al nivel implícito por fundamentos de mediano plazo» de la economía argentina.

El análisis del FMI fue elaborado en diciembre pasado, es decir si medir el impacto de la reciente suba entre principios de ese mes y los primeros de este año, de orden del 10%.

Para alcanzar el valor que quiere el FMI el billete norteamericano debería pagarse alrededor de 22 pesos, mientras que hoy al cierre del mercado se ubicaba en 19,34, es decir 2,6 pesos por debajo de la recomendación del organismo internacional.

Según el FMI, el peso argentino está un 20% sobrevalorado respecto del promedio de los últimos 20 años y dijo que después de las devaluaciones del 2015 y 2016 y la medidas toadas por el gobierno»el tipo de cambio real se fue apreciando regularmente, debido a la entrada de dólares por colocación de deuda que estabilizó el tipo de cambio nominal, mientras que el diferencial de inflación se amplió».

El organismo sostuvo que el año pasado continuó la apreciación del peso «pero fue interrumpida bruscamente en julio-junio ese año, cuando la incertidumbre electoral condujo a salidas de capital significativas, duplicando en julio el promedio mensual de 2017».

«Por consiguiente el tipo de cambio ahora (en diciembre) está cerca de su nivel de enero de 2017 y un 20% más depreciado que en el final de 2015», consideró el análisis.

El FMI advirtió que el peso requeriría una «depreciación de alrededor del 25%», mientras que en una comparación con las últimas dos décadas (1997-2017), el tipo de cambio real en promedio está alrededor de 20% más alto».

En el último informe del Artículo IV, publicado el 29 de diciembre pasado, la apreciación del peso se mantendrá en los próximos años por la entrada de capitales que tendrá la economía a partir, entre otras cosas, del financiamiento externo, al que apela el Gobierno para cubrir el déficit fiscal.