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Pandemia y alquileres: ¿qué sucedió con los estudiantes que llegan a Rosario?


Un estudio del Observatorio Económico Social analizó la situación de la masa estudiantil en torno a la realidad habitacional

Alquilar una vivienda es uno de los grandes dolores de cabeza de la actualidad: la economía y las exigencias contractuales la vuelven una misión de máximo riesgo. Más aún para estudiantes universitarios que vienen a Rosario desde otras localidades. El Observatorio Económico Social de la Universidad Nacional de Rosario realizó una investigación para analizar cuál es el perfil general de los y las estudiantes de la UNR que alquilan en nuestra ciudad y cuáles son las problemáticas comunes que tienen en torno al tema.

Este espacio de la UNR viene trabajando sobre este eje desde hace un par de años. “Como Observatorio siempre tenemos la finalidad de tratar de conectar temas de carácter más técnico con un público más amplio, haciéndolo accesible para aquellos que no son profesionales de la materia”, explicó Germán Tessmer, Director del Observatorio Económico Social.

En el dispositivo se realizan distintos tipos de informes y además se toma un tema central para trabajar a fondo a lo largo del año. “En esa pauta, durante el 2021 decidimos abocarnos de lleno a lo que es el alquiler de viviendas, en primer lugar porque era un tema de agenda importante y en segundo, porque la mitad de nuestro equipo alquila, lo cual era una temática que nos atravesaba. Además, un poco por falta de información y otro por la discusión pública en la cual ingresó la nueva Ley de Alquileres, observamos que no se contaba con tantas opiniones calificadas y que era necesario investigar este tema”.

Teniendo en cuenta este escenario, el objetivo fue también poder analizar cómo impactó la puesta en marcha de la nueva legislación en los y las estudiantes de la Universidad que alquilan para poder llevar a cabo sus estudios. “Es un factor clave que nos parecía que no podía quedar fuera del análisis, sobre todo teniendo en cuenta que la mitad de las y los estudiantes provienen de otra ciudad, y por lo tanto, tienen que alquilar en la mayoría de los casos”.

En Argentina, la crisis habitacional es una constante que en los últimos tiempos parece incrementarse de forma más acelerada. El nuevo régimen de alquileres que entró en vigor en junio de 2020, a grandes rasgos, impone más riesgos  y restricciones a los oferentes y los incita al blanqueo de su actividad.

La información del sector indica que comenzó a operar un aumento sostenido de precios a partir de octubre de 2020. Es decir, cuatro meses con posterioridad a la sanción de la nueva ley de alquileres. Si bien de esta afirmación no puede afirmarse causalidad, el informe sostiene que existe una fuerte correlación entre la aprobación y el aumento de precios de alquileres, condicional a un período de rezago generalmente asociado a la formulación de nuevos contratos.

El trabajo realizado por el Observatorio Económico Social fue realizado en 2021 y se enmarca como un antecedente importante para comprender cómo es la situación de la población estudiantil en materia de vivienda. “Sirve para poder tener una idea más técnica y compleja del tema, con el objetivo de que sea una herramienta que pueda ayudar a la hora de planificar posibles soluciones y ver si las opciones son factibles en base a lo que se ha podido investigar”.

El primer paso de los investigadores fue el de poder crear un perfil de los y las  estudiantes que alquilan en la ciudad. De esa manera, se identificó que los mismos provienen de estratos sociales vinculados con lo que comúnmente se denomina como “clase media”.

Un dato que llamó la atención a los investigadores es que a pesar de los dos años de pandemia, donde por momentos el nivel de presencialidad era casi nulo, era alto el porcentaje de inquilinos que no interrumpieron el contrato de alquiler. “Lo que observamos es que los estudiantes apostaban por seguir en la Universidad, a pesar del contexto, aunque en ese momento todas las clases eran virtuales. Sabemos que esto significa un esfuerzo muy grande. De esta manera, decir que la mayoría de los estudiantes que alquilan provienen de estratos medios, parece ser acertado, ya que pudieron mantener su permanencia en la ciudad”.

Además, la investigación arrojó que hay una preferencia por alquilar departamentos por sobre las casas, y que se busca que las exigencias de contratos sean menores. “Por ejemplo, garantías, un tema que es todo un problema y que empuja al estudiante a evadir algunas barreras de entrada”.

Aún pudiendo mantener a miembros de la familia dedicados a estudios universitarios, una parte importante de las familias buscaron abaratar costos relacionados a la confección y monitoreo de contratos de alquiler. Lo cual es un indicio de los límites presupuestarios que enfrentan las familias al momento de alquilar.

Por otro lado, el informe sugiere que las pensiones o casas para estudiantes eliminan todos estos inconvenientes y abaratan costos. Por un lado, eximen a sus inquilinos de los requisitos de un contrato de alquiler. Es decir, no se requieren garantías, no es necesario registrar el contrato o acuerdo en AFIP, pagar sellados, ni comisiones, y tampoco es requisito establecer un contrato por un período mínimo de 3 años. Por otro, este tipo de pensiones abaratan costos ya que se utilizan, en general, habitaciones compartidas y espacios de usos múltiples o comunes.

El primer paso de los investigadores fue el de poder crear un perfil de los y las  estudiantes que alquilan en la ciudad.

Cabe recordar, que la UNR abrió a principios de este año su primera Residencia Universitaria, ubicada en Santa Fe 1470, la cual cuenta con 36 habitaciones. La misma tiene como finalidad promover el acceso, permanencia y egreso en la Universidad de aquellos estudiantes que, por su situación social y económica, carezcan de recursos para costear la totalidad de un alojamiento.

Tessmer indicó que hay que tener en cuenta que al momento de realizar los primeros relevamientos, la nueva Ley de Alquileres tenía poco tiempo en vigencia, y que los efectos de la misma “no son inmediatos sino que comienzan a verse a medida que se caen los viejos contratos y el dueño opta por seguir alquilando bajo los términos de la nueva ley”.

El investigador marcó que un estudio sobre la influencia efectiva de la nueva Ley de Alquileres en la comunidad de estudiantes de la UNR, requiere de mayor perspectiva y de sucesivas mediciones alrededor del mismo tema. “Aún así, el aporte de este trabajo radica en describir un escenario al que debería prestarse atención, sobre todo porque el precio de  alquileres es un vector de decisión en lo que respecta a la continuidad de estudios de una parte significativa de la comunidad académica de la UNR”.

Una encuesta diferente

El equipo de investigación impulsó una nueva modalidad en pos de poder mejorar el índice de respuesta de los y las estudiantes encuestados. Optaron por incluir memes en las mismas y llevaron a cabo un experimento que dió excelentes resultados.

“El meme parece algo menor, gracioso, pero tiene un bagaje por detrás de lo más interesante. En economía hablamos de evaluación de impacto, es decir tratar de tener una medición real sobre el impacto de un programa, decisión política o acciones por el estilo. Para poder lograr eso, lo que se generan son experimentos”, comentó Tessmer.

En este sentido, explicó que eligieron introducir memes en las encuestas porque comprendieron que a partir de la virtualidad provocada por la pandemia, era necesario motivar al estudiante. “Hacía dos años que tenían clases virtuales y pasaban muchas horas frente a distintas pantallas. Por ende, al tener un público saturado, entendimos que había que hacer algo diferente para lograr que contesten. El experimento se basó en diseñar un mail genérico y uno que contenga memes, sorteando quienes iban a recibir cada uno y en qué horario”.

De esta manera, los y las participantes que recibieron la encuesta con memes respondieron de gran medida y superaron a los que se les había seleccionado el mail genérico. “El resultado de este experimento dio lo esperado a lo que marca la teoría, es decir que si planifica un mensaje más acorde a la población de referencia, mucho más amigable y accesible, lo que vamos a obtener es una tasa de respuesta más alta”.

El investigador recordó que experiencias similares se han realizado en otros países, como por ejemplo en una Alcaldía de Venezuela, dónde los vecinos y vecinas contribuyen en mayor medida al pago de impuestos cuando son interpelados por una iniciativa de este estilo. “Verdaderamente, era interesante y necesario corroborarlo con el caso de nuestros estudiantes. Por suerte, dio un muy buen resultado”.

La investigación completa puede leerse en el sitio web del Observatorio Económico Social de la Universidad Nacional de Rosario: observatorio.unr.edu.ar

Fuente: https://unr.edu.ar/