Así lo aseguró a CLG Gerardo Di Cosco, presidente de la Asociación Industriales Panaderos de Rosario. "La materia prima ha aumentando mucho y no podemos trasladarlo a precios", expresó
El rubro de las panaderías es uno de los que fue designado como esencial desde la llegada del coronavirus al país, por lo que no tuvieron que cerrar sus puertas. Sin embargo, en las primeras semanas de cuarentena tuvieron una fuerte merma en el consumo y advierten que aún hoy, seis meses después, no se ha recuperado. En este contexto, CLG dialogó con Gerardo Di Cosco, presidente de la Asociación Industriales Panaderos y Afines de Rosario, quien contó que las panaderías rosarinas tienen «entre un 30 y 40% de capacidad ociosa».
Las panaderías ya venían atravesando una compleja realidad, con números en caída durante los últimos años. El 2020 asomaba como un año de recuperación, pero la pandemia rompió cualquier atisbo de esperanza: «Nunca dejamos de trabajar desde el 20 de marzo a la fecha, pero se ve la merma en el consumo», expresó Di Cosco.
El referente panadero local explicó que hubo distintos factores que influyeron en la caída de las ventas: «Hubo ciertas circunstancias. Primero la movilidad de la gente, fue algo que sufrieron mucho las panaderías del centro, como así también los cierres de bares y restaurantes».
Además, Di Cosco contó que también influyó en las ventas la cantidad de tiempo que pasa la gente dentro de sus hogares: «Muchos se quedan en su domicilio y fabrican sus propios productos de panificación».
Si bien la provincia de Santa Fe se encuentra en un período de retroceso de fase, durante varios meses se vivió una gran apertura y el movimiento diario era casi igual que el que existía antes de la pandemia. Sin embargo, las ventas nunca terminaron de repuntar: «El consumo nunca se ha recuperado. En abril empezó a repuntar luego del inicio de la cuarentena, pero luego la gente empezó a preparar las cosas en su casa».
«Además, la materia prima ha aumentando mucho y nosotros no podemos trasladarlo a los precios porque la realidad económica dice que no se puede hacer y eso influye directamente en nuestra rentabilidad. Hoy estamos subsistiendo gracias a que muchas panaderías pueden acceder al ATP, pero aún así estamos reduciendo los costos lo máximo posible», aseguró.
Otro factor que ha influido es el cierre de bares y restaurantes: «Principalmente son las panaderías del centro las que se ven afectadas por esto. Hay panaderías que se dedican puntualmente a fabricar pan de miga, pebetes o llevar medialunas y bizcochos. Hoy su producción cayó a la mitad. Las cosas están complicadas y graves».
Por otro lado, Di Cosco hizo mención a un dilatado reclamo de los panaderos: «Otra de las cosas que venimos denunciando sistemáticamente es la gran ilegalidad que existe en nuestra industria. Hoy han proliferado grandes panificadoras y todo eso termina siendo algo que implica que no se compita de la misma manera que si estuviéramos todos funcionando como corresponde».
«El año pasado no tuvimos ninguna respuesta, este año por la grave situación económica que se está viviendo en el país entendemos que hay mucha gente que intenta buscar su dinero diario para subsistir saliendo a vender algo que preparó en su casa, pero hoy no hay forma de controlar a las grandes panaderías ilegales ya que el Municipio y la Provincia están abocados a otro tema por la salud», agregó.
El presidente de la Asociación Industriales Panaderos y Afines de Rosario expresó cierta resignación respecto a este conflicto: «Por un tiempo largo vamos a tener que convivir con esto, ya ocurrió en otro momento del país. Cuando se pueda, se harán las denuncias como corresponde y seguiremos acudiendo a las secretarías que corresponden».
Por último, Di Cosco dejó una frase sobre el presente que atraviesan: «Veníamos de una pandemia amarilla, hoy tendríamos que estar pensando en como producir más y generar más trabajo, pero estamos subsistiendo. Tenemos entre un 30 y 40% de capacidad ociosa en las panaderías».