CLG Radio dialogó con el padre Lorenzo "Toto" De Vedia, de la Villa 21-24, quien relató la situación de los barrios humildes ante el coronavirus: "Exigimos mayor y mejor presencia del Estado"
En las últimas horas se comenzó a visibilizar la alarmante situación que se vive en las villas de la Ciudad de Buenos Aires frente al coronavirus, al confirmarse 6 muertes y 249 casos. Los barrios humildes no sólo representan las zonas más vulnerables al contagio del covid-19, sino que también son los que más sufren la paralización económica.
En ese sentido, los curas villeros aparecen como la primera línea de asistencia para las familias más necesitadas, llevándoles un plato de comida y tratando de garantizar las mejores condiciones posibles para el sector de riesgo.
En este contexto de situación alarmante, este martes se celebró el 46° aniversario del asesinato del padre Carlos Mugica, un icono del trabajo de los sacerdotes en los barrios más humildes. Por eso, CLG Radio dialogó con el padre Lorenzo «Toto» De Vedia, sacerdote de la Villa 21-24, donde el 29 de abril se confirmó el primer caso de covid-19 y, además, acumulan 422 casos de dengue en lo que va del año.
De Vedia relató el presente angustiante que atraviesan: «Al principio pensábamos que el coronavirus era para gente de otro sector, pero nos dimos cuenta de que iba a llegar en algún momento, y llegó. La preocupación es grande por la situación social: no hay más changas y no hay un mango, por lo que tenemos que multiplicar los comedores y acompañar la situación de personas que llegan a fin de mes y no pueden pagar el alquiler o comprar su garrafa».
El cura detalló la forma en la que están asistiendo a la Villa 21-24: «Estamos acompañando a todos los adultos mayores, llevándoles la comida a su casa. Hacen falta lugares de aislamiento, estamos tratando de convencer a los abuelos que viven con otros familiares de que vayan a nuestras capillas, que las hemos acondicionado para que puedan quedarse allí». Y agregó: «La demanda alimentaria se ha incrementado más del doble. Estamos haciendo más de 1.500 raciones diarias. Tuvimos que multiplicar las donaciones de alimentos secos para que la gente pueda cocinar en sus casas».
De Vedia analizó la forma en la que la pandemia está impactando en las villas y se refirió a las malas condiciones en las que viven los habitantes: «El covid-19 no hace otra cosa que visibilizar problemas estructurales que existen hace mucho tiempo y que ahora se profundizaron. Desde fines del año pasado ya teníamos falta de changas, ahora más todavía. Lo mismo para la infraestructura, en muchas villas no hay presión de agua».
En ese sentido, aseguró que el trabajo que realizaron los propios vecinos fueron fundamentales para mejorar un poco su presente: «Los habitantes de las villas han transformado estos lugares abandonados por el Estado y la sociedad en barrios organizados y habitables, pero es el Estado el que tiene mejorar la infraestructura».
«Hace 20 años había ausencia total del Estado. Por toda la corriente del kirchnerismo a nivel nacional y por la toma de conciencia de la sociedad empezó a haber más presencia. Sin embargo, esa presencia es insuficiente y desordenada. A veces las decisiones se toman desde oficinas lejanas y no con los pies en el barro. Falta esa cercanía real con la realidad de la gente», aseveró.
Por otra parte, el sacerdote criticó el rol de los medios de comunicación y habló sobre la opinión del resto de la población: «Todos los medios pusieron el foco en la Villa 31 cuando hubo un muerto, que obviamente es lamentable y podría haber sido evitado, pero antes de eso tuvimos cinco fallecidos en el Bajo Flores y nadie habló de eso». Y añadió: «Lamentablemente, cuando empiecen a haber más casos de coronavirus en las villas vamos a tener que escuchar comentarios prejuiciosos de la sociedad, pero al virus lo trajeron de otro continente».
Por último, el referente de la Villa 21-24 recordó al padre Carlos Mugica: «Nos enseñó a estar cerca de los humildes, a pensar en ellos, a romperse el alma por los pobres. En este aniversario él nos inspira para encontrar el camino para el pueblo, por eso ayer los curas encendimos una vela frente a su tumba e hicimos una declaración en la cual exigimos mayor y mejor presencia del Estado. Así como su cometido fue instalar la realidad de la existencia de las villas en la sociedad, hoy tenemos que inspirarnos para ayudar a los chicos que están en el paco».