El capitán de Boca Juniors, Pablo Pérez, fue uno de los más perjudicados tras los incidentes ocurridos en el Estadio Monumetal con el colectivo del club de La Ribera. Este domingo al mediodía el volante de Boca abandonó la concentración y fue trasladado al Sanatorio Otamendi para una nueva revisión médica.
Desde el club «xeneixe» informaron que el ojo del futbolista se encuentra muy afectado y lagrimea todo el tiempo por lo que requiere un tratamiento que le demandará seis días.
Junto al volante, rumbo al Sanatorio viajaron el médico del plantel, Jorge Batista, y también un escribano, encargado de dar fe sobre el diagnóstico médico, determinar si está en condiciones de jugar la superfinal y presentarlo ante las autoridades de la Conmebol.
Ese informe médico puede determinar la postura de Boca en relación con la superfinal, pese a que existe un compromiso firmado por el presidente Daniel Angelici; su par de River, Rodolfo D’Onofrio, y el titular de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez.
El acta firmada ayer en el Monumental tras la suspensión deja expreso que el partido debe jugarse «en igualdad de condiciones» y en Boca creen que ello no se cumple si Pablo Pérez no está en condiciones de presentarse en la cancha.
En las próximas horas se espera un comunicado oficial del club de La Ribera para conocer la postura, mientras en el estadio Monumental, que abrirá sus puertas a las 13, se monta un operativo de seguridad para una final que todavía no está confirmada.