Por Mario Luzuriaga
El cine argentino independiente no se rinde ante los tiempos que corren y reflejan un tema de actualidad. En este caso es la primera vez en cuatro años que se puede ver los problemas económicos y sociales, desde una mirada que ronda entre la comedia y el drama.
Pablo Gonzalo Pérez estrena esta semana «El Kiosco», protagonizada por Pablo Echarri, en la que un hombre decide salir de su vida rutinaria para emprender un proyecto personal, que le traerá más de un dolor de cabeza.
Pérez habló con CLG acerca de su película y comentó que el proyecto viene de larga data.
—¿Qué te llevó contar esta historia?
—Nació hace un montón de tiempo, se empezó a gestar el proyecto como película en 2011 y estuve escribiendo el guión durante un año y medio. Entrado el 2012 participé del concurso «Ópera prima» que realiza en Incaa y quedó como primer suplente. Eso significa que no lo podía filmar, pero que uno de los tres proyectos ganadores no se filmaban, ahí subía mi proyecto y se iba a iniciar el rodaje.
—Debes haber tenido mucha ansiedad y ganas de que tu película salga a luz.
—Lo que hice fue ir a buscar productores porque quería que se estrene la película. Pero si me remonto a dónde se origina esta idea fue en 2001. En ese año escuché el relato de un compañero que tenía un kiosco y que le habían cerrado la calle y que producto de eso se había quedado sin clientela. Entonces lo que hice fue tomar esa idea y escribirla como cuento, entonces en 2011 encontré ese material y decidí que se convierta en un largometraje.
—Lo que sucede en la trama es similar a lo que sucede hoy en día y también va de la mano con lo vivido en 2001.
—La coyuntura es bastante similar, no es casual. En principio pensé en situarlo en los últimos años de la década del 90, pero por cuestiones presupuestarias no se dio. Pero ahora se vuelven a dar estas cuestiones de retiros voluntarios o de situaciones complejas de nivel económico.
—¿Cómo fue el proceso de selección de los actores?
—Me gusta mucho escribir y para el personaje central vuelco unas cosas que tienen que ver con mi propia persona o vida. Después el resto son basados en personas reales y algunos otros son personajes que eran necesarios para el cuento. Algunos tienen que tener un punto de vista en contra del protagonista para generar conflicto o que te generen preguntas.
—Haces que el propio protagonista se pregunte cuál es el camino que debe tomar.
—Esa es la gran pregunta que se dispara cuando se genera el conflicto principal. Luego de haberse retirado e invertir todo su dinero en el kiosco, de un día para el otro, le cierran la calle. No es cualquier lugar, ya que tiene que ver con su primera infancia, el barrio y con esa cuestión idílica que tiene con la infancia. Se pone en jaque cuestiones que el personaje tiene guardado en su memoria y de golpe ver que eso se derrumba es complejo.
—Y Echarri lo expresa muy bien en la película.
—Es una comedia dramática que está balanceada en los dos universos. Yo creo Pablo ha logrado encontrar el núcleo del personaje y lo hizo de manera magistral. La verdad es que no veo a otro actor que interprete lo que hizo Pablo. A él lo ves como un galán y acá es todo lo contrario. Un amigo vio la película y tenía un pre concepto acerca de Pablo y que promediando la película lo ve derrotado, él me dijo que se parecía a su padre, Nadie me dijo algo así.