El sacerdote Jorge Laplagne fue separado de sus funciones luego de que el arzobispado de Santiago iniciara una investigación en su contra por pederastia, ante una nueva acusación de abuso en la iglesia chilena.
Laplagne, que tenía a su cargo dos parroquias en barrios residenciales de la capital chilena, fue denunciado por abuso sexual a un menor hace 13 años, según un escueto comunicado difundido el viernes por la noche por el arzobispado, que recibió la notificación hace dos semanas.
«Ante esto, el Arzobispado de Santiago ha instruido una nueva investigación previa. Mientras dure el proceso -cuyo plazo máximo será de 60 días- el sacerdote ha sido apartado del oficio de párroco de San Crescente y Nuestra Señora de Luján, y no puede realizar actos públicos propios del ministerio sacerdotal», indicó el comunicado.
El arzobispado tenía conocimiento de las denuncias en contra del cura, por las que ya lo había investigado en 2010. Sin embargo, en aquél momento, «no pudo acreditar la verosimilitud de los hechos denunciados», detalló el comunicado.
El nuevo caso se dio a conocer horas después de que el reconocido sacerdote Oscar Muñoz fuese enviado a prisión preventiva por un tribunal de la ciudad de Rancagua, 120 km al sur de Santiago. Muñoz había sido acusado por la fiscalía de abuso sexual y estupro contra cinco menores entre 2002 y 2018. Algunos de ellos serían familiares del clérigo.
Ahora, la fiscalía evalúa incluir otros dos casos que involucran a Muñoz.
Los abusos ocurrieron en las ciudades de Santiago y Rancagua, donde el sacerdote aprovechó la cercanía con las víctimas y sus familias para llevarlos a su casa donde -según el Ministerio Público- ocurrieron los delitos.
El encarcelamiento de Muñoz, que se extenderá por los seis meses que durará la investigación, fue un golpe duro para la iglesia chilena, ya que el clérigo ocupaba hasta este año el cargo de canciller del Arzobispado de Santiago, una posición de alta jerarquía.
Muñoz se había auto denunciado por abuso sexual de menores ante autoridades eclesiásticas en enero pasado, tras lo cual había sido suspendido. La fiscalía tuvo detalles del caso luego de allanar oficinas de la Iglesia en junio.
El papa Francisco aceptó en mayo la renuncia de cinco obispos chilenos en medio de la crisis que enfrenta la iglesia local por la seguidilla de escándalos sexuales de religiosos denunciados en los últimos años.