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Otro problema para los afiliados a Iapos: deben pagar anestesias y luego tramitar reintegros


La decisión fue de Asociación Rosarina de Anestesia, Analgesia y Reanimación debido a la falta de respuesta respecto a una deuda de prestaciones impagas desde marzo, que supera los 300 millones de pesos

Los afiliados al Instituto Provincial Autárquico de Obra Social (Iapos) se enfrentan a una nueva complicación en la cobertura de servicios de salud, específicamente en anestesiología. A partir del lunes 15 de julio, los pacientes deben pagar los honorarios de los anestesistas de su propio bolsillo y luego tramitar el reintegro ante la obra social.

La Asociación Rosarina de Anestesia, Analgesia y Reanimación (ARA) implementó esta medida debido a la falta de respuesta del Iapos respecto a una deuda de prestaciones impagas desde marzo, que supera los 300 millones de pesos, y a la necesidad de actualización de aranceles.

Bruno Dimónaco, presidente de ARA, aclaró que no se trata de una suspensión de servicios, sino de un cambio en la modalidad de pago. «Los afiliados al Iapos deben pagar directamente al anestesista y luego presentar la factura para el reintegro», explicó Dimónaco a La Capital.

La decisión se tomó después de que el Iapos cancelara parcialmente la deuda, dejando pendientes los pagos de mayo y junio. La última actualización de aranceles se realizó en marzo, lo que ha agravado la situación para los anestesiólogos.

ARA ha intentado resolver la situación mediante reuniones con las autoridades del Iapos, pero sin éxito. «Siempre buscamos establecer una mesa de diálogo para resolver esta situación que afecta a los pacientes de Rosario y sus alrededores», señaló Dimónaco.

Es importante destacar que las urgencias con riesgo de vida no se verán afectadas por este cambio en la modalidad de pago. «Las prácticas están garantizadas, aunque los honorarios deben pagarse de forma particular», subrayó Dimónaco.

El Iapos ya enfrentó conflictos prolongados con la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario debido a aumentos en insumos y salarios profesionales, lo que llevó a restricciones en las prestaciones. Este nuevo desafío pone nuevamente a prueba la relación entre la obra social y sus prestadores de salud.