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Osmar Núñez: «Estamos en una etapa de un cine más industrial»


 

Por Mario Luzuriaga

El actor Osmar Núñez es reconocido por participar en importantes películas nacionales y en tiras televisivas. También tuvo su paso como director teatral.

Este domingo se encuentra en la ciudad presentando la película «Punto Muerto», dirigida por Daniel de la Vega, en el marco del 26° Festival de Cine Latinoamericano de Rosario.

En este marco, CLG dialogó con el actor, que reconoció que tiene un cariño muy especial por Rosario ya que su madre tuvo un amorío durante su juventud en la ciudad. Pero también habló de la actualidad del cine argentino, su carrera y su futuro en la profesión.

—Llega a Rosario para presentar, nada más y nada menos que «Punto Muerto», su última película.

—Sí, se trata de una película que tiene una mezcla de Edgar Allan Poe, Agatha Christie y Conan Doyle, es un homenaje a esos autores y su director, Daniel de la Vega, tiene una impronta muy fuerte y muchísima fuerza. Tiene un gran suspenso y una de sus mejores realizaciones, me gusta mucho su cine. Es como un pintor, muy profundo, aún tocando temas que por ahí quedan en la superficie y también aborda en cine negro que va mucho más adentro. No es una mera película de suspenso, acá está el arte de por medio, la literatura, el blanco y negro; se juega mucho a los intercambios estéticos.

—Es bueno que estas películas se puedan exhibir en festivales ¿Le gusta presenciar la proyección y ver la reacción del público?

—Me encanta, de hecho estuvo esta misma en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre con un éxito muy grande. Se ganaron premios a la actuación, dirección, guión y mucho más. Está muy bien en todos los sentidos y el logro fue muy bueno. Me gusta mucho acompañar las películas que hago, hacía tiempo que no iba a festivales y ahora que pude vine. También hay un proyecto nuevo con Daniel de la Vega, tengo una participación muy pequeño, pero muy lindo en la película que se llama «Tercer día».

—Usted es una de las caras visibles del cine argentino, pero últimamente siempre protagonizan los mismos actores. ¿Qué piensa de eso?

—Es una etapa de un cine más industrial, que me parece muy bien que exista, y si se repiten las figuras es porque han hecho un éxito o son convocantes y porque le dan muchas más posibilidades al cine argentino. Se supone que el cine más experimental o más independiente, documental y demás tienen que ser fomentados de igual manera. Pero como estamos en un momento de crisis, donde las cosas empiezan a desdibujarse, todo lo conseguido, en todos los campos, parece perderse. Ojalá recuperemos de a poco lo que en cuatro años se destruyó. Tengo la esperanza de que esto se convierta en otra cosa y volvamos a hacer un cine fuerte para todos los gustos. Me parece maravilloso que tengamos un cine industrial, pero que no se dejen de lado otras corrientes que son necesarias para los festivales.

—Hace un tiempo se cuestionó cómo se consiguieron los fondos de la película «Juan y Eva». ¿Le molestó eso?

—No se obtuvieron fondos públicos, hubo dinero de productores asociados y del Incaa, y de hecho se retrasó el rodaje porque no estaba el dinero para filmar. Si bien fue una producción costosa, no era «la súper producción» y a la película no le fue mal tampoco, nos hubiera gustado que le fuera mejor. Pero la película se ha visto mucho más de lo que se cree y aún más después que se haya cuestionado. La plataforma Cine.Ar no la está pasando hace mucho tiempo, intuyo los motivos por los cuales no se pasa ninguna película que tenga relación con el peronismo, en este momento, la tienen aplastada y guardada. Es injusto porque sea el gobierno del color que sea, no tiene que prohibir o esconder eso.

—El cine contribuye a la memoria de un país.

—Claro, no vamos a negar nuestra historia y aparte no vamos a negar las impresiones de cada artista porque opine distinto a vos o haga una reflexión y te invite a hacerlo. Yo veo que lo que tiene esa gente que oculta ese pasado, es miedo. No hay nadie que le moleste más a las dictaduras que el arte, porque en las dictaduras no necesariamente son gobiernos de facto. Y cuando estos dictadores se empiezan a manifestar lastiman a la sociedad para el futuro. Tenemos que hablar y recomponer aquello que está vapuleado y censurado.

—Hablando de futuro, va a participar de la tira «Pequeña Victoria», que trata un tema actual.

—Sí, estoy incluído, componiendo a una mujer trans que viene a ser una especie de «madre adoptiva» del personaje de Mariana Genesio Peña, que es un encanto de persona y hace un trabajo impecable y delicioso. El mundo trans es uno de los temas del programa, como también la maternidad, planteado con distintas miradas y madres. Es muy atractivo el libro, el elenco y la producción, y estoy feliz de hacer este personaje. En lo personal fue un año de caracterizaciones, en «Tomar partido», en teatro, hice de Strauss que iba transitado varias edades  y tuve que caracterizarme varias veces; y próximamente haré una tragedia griega. Mi personaje en esta novela es se llama Marlene y es un personaje muy jugado.