CLG dialogó con el doctor en medicina y docente de la UNR sobre la eficacia de la inoculación y la importancia de mantener las medidas preventivas
El martes Rosario se tiñó de luto con el fallecimiento de Rubén Bentos, un enfermero de 55 años que trabajaba en el hospital Roque Sáenz Peña de la ciudad. Murió por coronavirus, luego de haber recibido las dos dosis de la vacuna Sputnik V. Su partida generó incógnitas en relación a la efectividad de las vacunas y la inmunidad. CLG dialogó con Oscar Bottasso, doctor en medicina y docente de la Universidad Nacional de Rosario, investigador superior del Conicet, ex director del Instituto de Inmunología de la Facultad de Ciencias Médicas y miembro de la Academia Nacional de Medicina.
«Si te digo que una vacuna tiene una eficacia del 80 por ciento, que es buena, quiere decir que si uno se contagia la posibilidad de hacer un cuadro grave es el 80 por ciento menos. Pero queda una ventana abierta de que uno experimente algo grave», dijo para comenzar. Entonces, confirmó que la situación que se dio con el enfermero, «puede pasar».
Para ir más a fondo con el efecto de la vacuna, explicó: «La vacuna no te da inmunidad esterilizante, te protege de la enfermedad sistémica». Entonces, detalló: «Uno puede tener en el sitio de entrada de la infección, como el tracto respiratorio superior, ciclos de replicación viral. La vacuna no es por vía nasal u oral, es una inyección, por lo que protege cuando el virus circula en sangre. Por ejemplo, un estudio hecho en hámsters mostró que, no obstante de estar vacunados, pueden liberar virus unos días por la nariz».
En ese sentido, remarcó: «Cuando uno está vacunado, está protegido de lo grave, pero no está con una inmunidad que borra el virus de cuajo». «Por otro lado, si tengo alguna comorbilidad, aunque esté vacunado tengo que ser precavido; sobre todo porque hay mucha circulación viral», aseveró. De ahí que insistió en la importancia de mantener cuidados más allá de estar inoculado.
Bottasso reveló también la diferencia entre tener una o dos dosis. «Una sola dosis prepara al sistema inmune para producir el mecanismo de defensa. Por ejemplo, en la fiebre amarilla se pone una sola dosis porque la posibilidad de encontrarse con el virus es menos», indicó. Y agregó: «Con el coronavirus se ponen dos porque hay mucha circulación. La posibilidad de contacto es en el día al día, de ahí la necesidad del refuerzo». «No es porque una dosis no alcanza; alcanza sí, pero no para la situación de pandemia en la que estamos», resumió.
Por otra parte, en cuanto a la situación actual de la Argentina en relación al crecimiento de contagios, señaló: «Nos falta para llegar a una meseta. En algunos lugares ya se registra un amesetamiento, pero aún falta. Hay que cuidar y vacunar». «Todavía no estamos en la zona en la que uno empieza a sentirse más tranquilo, estamos cruzando un río muy agitado», aseguró.
A su vez, consideró que dependerá de «cuánto tiempo lleve tener un grueso de vacunados» para empezar a relajar ciertos cuidados. «En nuestra provincia con 3.000.000 de habitantes, podríamos sentirnos tranquilos con 2.500.000 inoculados. Ahí, con el 70 u 80 por ciento vacunado, sería cuando la pelota empezaría a estar más de nuestro lado que del atacante», analizó. A lo que añadió: «Acá en Santa Fe el mecanismo de vacunación está aceitado, pero depende de las dosis que lleguen». En este momento, la provincia lleva aplicadas 963.056 en todo su territorio.
Para cerrar, el médico llevó tranquilidad a quienes dudan de ciertas vacunas y expresó: «Todas tienen un buen nivel de eficacia. Las que están en Argentina han tenido los ensayos clínicos que las validan y eso es lo que importa».