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Orgullo y dolor: testimonios y recuerdos del último soldado rosarino que murió en Malvinas


El relato de Gabriela Desza, hermana de Sergio Raúl Desza, contó en diálogo con CLG lo que vivió su hermano, fallecido dos horas antes del final de la guerra

Por Sofía Dalonse

La semana pasada el Concejo Municipal aprobó una ordenanza que renombra calles de la ciudad en homenaje a caídos en Malvinas, entre ellos Sergio Raúl Desza, el último soldado rosarino fallecido durante el conflicto bélico de 1982. En diálogo con CLG, su hermana, Gabriela Desza, se refirió a la iniciativa y brindó su testimonio de vida.

La ordenanza fue presentada por su hija, Antonella Lechner, y designa con el nombre de Soldado Sergio Raúl Desza al pasaje peatonal ubicado en la manzana 348, de orientación norte-sur, perpendicular y entre las calles Goyena y Apóstoles. «Estoy orgullosa de mi hija, estamos felices y agradecidos, esperando por la inauguración», expresó Gabriela.

Sergio Raúl Desza nació el 1º de febrero de 1962 en el barrio Florida Norte, a pocas cuadras de la plaza que lleva su nombre y en la misma casa que todavía ocupan sus familiares.

«Cuando ocurrió lo del 2 de abril mi hermano estaba en casa, justo le había tocado la licencia. Tras los hechos acaecidos, después de unos días, decidió presentarse y volvió a Curuzú Cuatiá en la provincia de Corrientes, donde hizo el servicio militar», contó Gabriela, quien ese momento tenía 15 años, pero lo recuerda como si fuese ayer.

Sergio pertenecía al Regimiento de Infantería 5 de Paso de Los Libres y custodiaba en Malvinas la casa del gobernador, Mario Benjamín Menéndez, quien había asumido el 4 de abril, dos días después de que la Argentina ocupara el archipiélago austral.

Gabriela tiene presente las conversaciones de sus padres en aquel momento al recibir las cartas de su único hermano. «Tuvo bastante comunicación con nosotros, mandaba cartas y una vez llamó por teléfono. Contaba detalles de las vivencias, como por ejemplo, los primeros bombardeos; pero siempre expresando su euforia y orgullo de estar ahí».

Y continuó: «Nunca manifestó estar acongojado, apenado, ni con miedo. Siempre con una actitud positiva y para adelante, tal vez lo hacía para darnos tranquilidad a nosotros».

Además, comentó que en los escritos le mandaba a pedir a su madre chocolates y tabaco. Según relataba, con el transcurso de la guerra se hacía cada vez más complicado conseguir comida, a pesar de que se encontraba en Puerto Argentino.

«Nos contó que, tras una sugerencia de Menéndez, había armado un diario donde asentaba información y detalles de cómo transcurrían los días», agregó.

Sergio murió el 14 de junio, dos horas antes de que las tropas argentinas se rindieran en la guerra del Atlántico Sur. «Estaba de guardia del Gobernador hasta que lamentablemente las fuerzas inglesas bombardearon desde el aire esa vivienda. Con el tiempo nos comentaron que había caído la bomba cerca de su pozo y a las dos horas supuestamente terminaba la guerra, de todos esos detalles nos enteramos 20 años después con el relato de los veteranos».

A 40 años del acontecimiento, la familia Desza honra la figura de Sergio con el recuerdo y homenaje permanente:  «Buscamos mantenerlo vivo mediante el reconocimiento, por todas esas experiencias que vivió con grandeza en su pecho. Nuestro sentimiento es de orgullo y dolor», concluyó Gabriela, con lágrimas en sus ojos.