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Opinión: «Se largó la campaña y el oficialismo pegó primero»


Por Diego Añaños - CLG

Por Diego Añaños – CLG

Comienza la primavera y la revolución hormonal se ha trasladado a la política. La campaña, que venía chata y aburrida, comienza a tomar temperatura. Pero nada, sin lugar a dudas nada puede superar al jueguito de Javier Miei. Sí, así como lo leen. Para los que no tienen hijos adolescentes, o aún no lo vieron, busquen el en Play Store de su teléfono Juego de Milei. En la descripción se cuenta que el personaje libertario se enfrenta a Alberso, Larrata y toda la casta. Usando el poder de sus Palas, Javier deberá batallar contra los zurdos para poder avanzar hacia la Libertad. El objetivo del juego es ponerle fin al Banco Central y su emisión descontrolada. Les confieso que me dejó sin palabras, pero me hizo preguntarme si no son estos mismos personajes los que criticaban los libros escolares de Perón. Punto y aparte.

Desde el gobierno saben que no hay espacio para bajarle la intensidad a la recta final rumbo a octubre. En realidad deberíamos decir rumbo a noviembre, porque todo hace pensar que el próximo presidente se decide en un ballotage. Sergio Massa intuye que la clave para hacer campaña siendo parte de un gobierno que no es una bolsa de grandes éxitos es mostrar una gestión a paso redoblado. Esto marca a las claras la grandes diferencias que existen con un Alberto Fernández virtualmente jubilado y ya totalmente fuera del juego.

El martes por la noche, y con una interesante mayoría (135 votos a favor, 103 en contra y 0 abstenciones), Sergio Massa se anotó una nueva victoria con la media sanción al proyecto de modificación del Impuesto a las Ganancias. Con el apoyo de parte del Interbloque Federal, Provincias Unidas, la izquierda y los libertarios el oficialismo juntó los porotos suficientes como para aprobar la iniciativa con margen. Carlos Heller, miembro informante del proyecto sostuvo que la reforma significa una mejora del 21% del poder adquisitivo, por lo que consideró que se trataba de una medida que avanzaba en la progresividad de la imposición y era claramente dinamizadora del mercado interno. Desde el bloque oficialista mostraron su asombro ante la negativa de los legisladores de la oposición a aprobar una medida que forma parte fundamental de su propia plataforma de campaña. Y claro, justamente es una rareza que los representantes de Mauricio Macri en la legislatura se nieguen a votar lo que hasta hace muy poco ellos mismos defendían. Tal vez ustedes sean demasiado jóvenes para recordarlo, pero Macri en la campaña de 2015 prometió que en su gobierno los trabajadores dejarían de pagar ganancias. Bueno, también es cierto que prometió eliminar las retenciones y bajar la inflación a menos de un 10% en un año, pero sólo son detalles.

Hoy asistimos estupefactos al triste espectáculo que nos ofrecen los legisladores de Juntos por el Cambio, haciendo el maravilloso esfuerzo de explicar su voto negativo (como el NO POSITIVO de otro radical, Julio Cobos). Parece que están preocupados por el deterioro de las cuentas públicas como resultado de la merma en la recaudación que significará la eliminación de la categoría 4 del Impuesto, la exención del impuesto sobre los aguinaldos y la elevación del mínimo no imponible a $1.770.000 para aquellos ingresos superiores a 15 mínimos vitales y móviles. Lo verdaderamente delirante, es que no se preocupan por ese mismo deterioro ante la promesa de su propia candidata presidencial, Patricia Bullrich, de eliminar las retenciones

El oficialismo, por su parte, no tiene espacios para la pausa. El miércoles mismo se giró el proyecto de media sanción de modificación de Ganancias al Senado, y citó a una reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda para el jueves a las 16:00 hs, con el claro objetivo de obtener rápidamente un dictamen que le permita tratar el tema en el recinto la semana que viene. En la práctica el dictamen de la comisión fue un trámite express, dado que el Frente de Todos tiene mayoría en la misma. Sin embargo, la falta de quórum propio y con los números tan ajustados en la votación, puso en movimiento la estructura oficialista en la Cámara Baja. Un primer poroteo hace pensar que el bloque del Frente de Todos (31 miembros), tendría el apoyo del rionegrino Alberto Weretilnek, la misionera Magdalena Solari Quintana y la riojana María Clara Vega, y de al menos tres de los cinco peronistas disidentes del Bloque Unidad Federal. Si esto fuera así, los 37 legisladores sentados en sus bancas habilitaría el quórum para iniciar la sesión y la aprobación sería casi un trámite. Sin embargo, el escenario es muy volátil aún, y la presencia de dos senadores del oficialismo que se encuentran enfermos es hoy un enigma, por lo cual las negociaciones están on fire en el Senado de la Nación.

Para ir cerrando diremos que no todo es velocidad y adrenalina en la campaña de Sergio Massa. También se da el tiempo para, al menos, intentar instalar otra agenda. El ministro/candidato, luego de la victoria oficialista en Diputados, sostuvo que es necesario poner sobre la mesa una reforma tributaria que se proponga avanzar en la progresividad impositiva y la simplificación fiscal. Paralelamente afirmó que se requiere un reordenamiento de los tributos cobrados por Nación, Provincias y Municipios, dado que en algunos productos puntuales existe doble, y hasta triple imposición. Claramente es una agenda de futuro, la que venimos reclamando, y a la que hacíamos referencia la semana pasada cuando dijimos que nos bajábamos del barco de la locura, donde nos querían obligar a discutir sonceras a cara de perro y sin ponernos colorados.