Por Enrique Genovar
Otra vez no pudo. Central perdió ante Racing y a pesar de que el entrenador realizó varios cambios para cambiar la ecuación, el gol de Copetti fue suficiente para que se terminara el partido cuando recién promediaba el complemento. El Canalla se mostró con solidez hasta la salida de Ávila, pero en ataque fue flojo lo que hizo y el fútbol se gana o, en este caso, se empata con goles.
Cuatro puntos sobre 12 posibles, un 30 por ciento de efectividad habla a las claras que lo que hizo el Canalla en este primer tercio de torneo no alcanza. Central no jugó mal, pero otra vez se durmió en una jugada puntual y lo pagó caro, carísimo.
Correcto. Así fue el primer tiempo que jugó Central en Avellaneda. Claro que esta cuestión positiva no se vio reflejado en ataque; ya que solamente en una oportunidad inquietó a Arias pero fue a través de una pelota detenida.
El equipo del Kily se paró bien desde el arranque. Y no sufrió casi nada en todo el primer capítulo. Las buenas intenciones se vieron a la hora del trato de la pelota. Cada vez que tuvo la misma intentó darle buen destino, en especial a la hora de la salida por abajo. Lo que sí, en el debe del primer tiempo quedó la búsqueda hacia el arco rival. Es que Emiliano Vecchio estuvo bien marcado y así Central careció de juego y de ideas para suplantar esa cuestión. Ya que ni Diego Zabala ni Lucas Gamba pudieron generar por los costados. Independientemente que el entrenador metió mano sobre la marcha y adelantó a Gamba para jugar con dos delanteros.
Otra de las cuestiones a destacar es la concentración casi absoluta que tuvieron los jugadores de Central. Es que ninguno se apartó de lo que tenía que hacer cuando el rival se hacía del balón.
La primera parte terminó en tablas porque ninguno mereció más. El local tuvo más la pelota pero nunca pudo quebrantar el plan estratégico del Canalla que tuvo como primer ítem el de ser un equipo sólido.
Tras el descanso Central se paró con el sistema de juego que comenzó (4-2-3-1) y el rival adelantó líneas para ir en busca del resultado; y salió con una mejor imagen. A los diez el Canalla perdió un jugador fundamental, por lesión, como es Ávila y en su lugar ingresó Ferreyra. Pero rápidamente el entrenador movió el banco y mandó a la cancha a Marinelli y a Ferreyra por Gamba y Zabala, ambos de flojo partido.
Pero cuando parecía que el partido no daba ningún riesgo para el arco de Broun, Copetti anticipó en un córner y marcó el gol.
Inmediatamente el Kily volvió a mover el banco y salieron a jugar Ruben y Martínez. Más allá de esto, y de alguna que otra arremetida con más ímpetu que fútbol, la cosa poco cambió y el gol del ex Rafaela le terminó bajando el telón antes de tiempo al partido.
El próximo partido será clave ganarlo para que el objetivo de terminar entre los primeros cuatro de su zona no se desvanezca antes de tiempo. Y para lo que viene está claro que el Kily no podrá seguir apostando con Zabala y Gamba por los costados, porque hace tres partidos que ninguno de los dos genera nada.