Por José Odisio - CLG
Por José Odisio – CLG
Newell’s transita momentos complicados. Los malos resultados deportivos enojaron al hincha y derivaron en el cambio de Director Deportivo, en un Sebastián Méndez agarrado al cargo con la punta de los dedos, y un plantel y dirigencia cuestionados. Y como sucede en estos casos, con una situación política ríspida que fluye siempre que lo deportivo no acompaña.
Todo está mal, todo se cuestiona. Los jugadores reciben la crítica/reclamo antes de tocar la pelota, y son pocos (Salcedo, Fernández Cedrés y Méndez) los que se salvan del enojo ‘justificado’ de la gente. Ni hablar del entrenador, que se fue del Coloso en el último partido con un clamor difícil de soportar: «Andate Méndez…».
La tensión está a la vista y eso influye en un rendimiento del equipo que en los dos últimos partidos cambió desde la actitud, pero sigue muy bajo en el juego. Cinco partidos sin hacer goles es mucho. Y el DT no parece tener claro como solucionar eso, aunque ante Belgrano sobraron las chances y faltó eficacia.
Para peor, la dirigencia es observada con recelo y nada pasa inadvertido. Se cayó el pase de Glavinovich a Vasco y se culpó a Newell’s por la demora de papeleo sin importar si los brasileños hicieron las cosas bien o mal. Aún no se pudo enviar el pago de Juanchón a Volos y se dijo que la dirigencia envió un comprobante ‘trucho’ sin importar las regulaciones con la moneda extranjera que rige en Argentina. Se despidió a Michaloutsos por su trabajo deficitario en resultados y reclama cobrar todo. Mientras llegó Capria, sin mucho para hacer hasta diciembre, salvo aplicar su experiencia de vestuario para calmar un poco todo.
Todo es complejo, cada día parecer ser eterno. Y así, salir no es tarea sencilla. Pero Méndez resiste, confía en sacar esto adelante. Y aunque cueste creer que lo logre, hoy es la realidad. Y el hincha debe entenderlo, aunque no le guste y siga cuestionando, con razón.