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Opinión Leprosa: «Un equipo de sensaciones cambiantes»


Por José Odisio

Por José Odisio

El hincha leproso transita días de sensaciones cambiantes. Es que el equipo de Heinze no le permite tener una estabilidad emocional. Por momentos se ilusiona, ve en cancha una producción de alto vuelo táctico y futbolístico, y a los pocos días pasa a la depresión, con un Newell’s que juega como si no entendiera nada de lo que pretende el entrenador.

De la esperanza al desencanto en un abrir y cerrar de ojos. De imaginar que el once no debe tocarse a pedir cambiar medio equipo. Del elogio a la crítica despiadada. Sensaciones demasiados disímiles para lograr una estabilidad emocional. mucho más en una semana donde se viene el estreno en el Sudamericana y el Clásico.

Encontrarle una explicación coherente a este Newell’s no es sencillo. Quizás el propio Heinze no la tenga. Con San Lorenzo jugó un partidazo; frente a Estudiantes fue un espanto. Hay una sólo lógica en lo que sucede y está en las estadísticas. Newell’s ganó todos los partidos que jugó de local, sin que le anoten un gol, y aún no pudo ganar de visitante. Y ahí empieza a jugar la cabeza, y también la gente. En el Coloso el equipo encontró estabilidad, los rivales lo respetan y se cuidan, y el hincha no le permite caerse nunca. Así generó un aura de imbatibilidad que le hace creer que ganara de cualquier modo, incluso cuando jugó con un hombre menos como contra Banfield o enfrentó al líder del torneo, un San Lorenzo que venía embalado.

El problema es cuando sale de casa, donde pasa algo similar. Ante la primera adversidad, el equipo se desvanece y empieza a fallar. Como si se adormeciera. Y ahí no está el hincha para levantarlo. Heinze aseguró antes del partido ante el Pincha que el «coach» que trajo para trabajar con el equipo la parte emocional no le remarcó que hubiera un problema con los partidos de visitante, pero no hace falta demasiado estudio para entender que algo sucede cuando la Lepra sale de Rosario.

Habrá que ver qué sucede en Chile, en el debut copero ante Audax. Lo bueno para Newell’s es que tendrá apoyo de su gente, que incluso puede ser mayoría ante un rival que ni siquiera jugará en su cancha. Y después viene el Clásico, un partido emocionalmente decisivo. Y será de local, lo que al menos permite que el hincha se aferre a algo positivo en una semana donde la desconfianza gana por goleada. Habrá que creer.