Por José Odisio
Decepción. Esa es la palabra exacta que describe la sensación que dejó Newell’s en su derrota ante Argentinos. En otro momento, con equipos decepcionantes, este tipo de partidos era previsible. Pero el inicio del ciclo Sanguinetti había generado expectativa, y el Bicho le pegó un cachetazo.
Ilusión. Eso había generado en el hincha la victoria ante Defensa. Newell’s fue un equipo dinámico, compacto, asfixiante para el rival. Con puntos altos desde lo individual y un gran planteo táctico. Todo se desmoronó con Argentinos, demasiado frágil era todo.
Preocupación. Es lo que debe pasar por la cabeza de Sanguinetti. El equipo fue otro, pasivo, sin ideas, inofensivo. De rematar 22 veces al arco con Defensa, a apenas 4 o 5 disparos sobre el final, cuando Argentinos se relajó. Tal vez Reasco o García deban apurar su ingreso como titulares. No hay tiempo para adsptación. Se viene River.
Paciencia. Es lo que debe tener el hincha. Sanguinetti no puede hacer magia. Demostró tener bien preparado al equipo desde lo físico. Ahora necesita ajustar las piezas, darle rodaje. Y analizar bien qué jugadores y qué esquema presentar ante el Millo. El DT no tiene la culpa de lo pasado, esa mochila la deben cargar otros. Su responsabilidad es el ahora, y no fue el mejor después de Defensa, ni hay que derrocarlo luego de esta pobre presentación con el Bicho.