Por José Odisio
Por José Odisio
Newell’s igualó con Boca. El resultado no es para alegrarse demasiado, pero hubo indicios positivos que le dan más valor que un simple punto en la tabla. A veces un empate tiene más importancia que una victoria, en especial cuando se trata de un equipo como la Lepra, que le cuesta tanto hacer pie y transita un interinato en busca de llegar al final lo antes posible.
Newell’s fue competitivo. Ahí radica lo más importante del partido ante Boca. Se plantó con una idea -puede gustar o no ser tan defensivo-, cumplió con mucho compromiso táctico y tuvo buenos rendimientos individuales. Y lo hizo ante un rival de jerarquía y en un escenario que muchas veces es esquivo. En esto hubo mérito de Taffarel, aunque la postura defensiva a muchos hinchas no le guste.
Otro punto a rescatar, que en este tipo de partidos vale más, es el rendimiento alto de varios futbolistas. Pablo Pérez se destacó, aunque eso no debería sorprender. Si está bien físicamente, es un jugador muy importante. Otro que se lució fue Escobar, y eso demuestra que es un jugador de jerarquía. Si Newell’s necesita un cuatro, ya sabe que debe encarar la renovación de su préstamo. Franco quiere quedarse y muestra ganas de revancha tras un año sin jugar. Ni hablar de Canale. En medio de un mercado flojo en incorporaciones, el paraguayo deja en claro que es de los buenos. Y en la Bombonera sacó todo su repertorio. Y también fue bueno lo de Calcaterra, como en parte del torneo Mansilla, y el rato de Campagnaro y Funez. Hay juveniles para proyectar, sin dudas.
Quedan dos partidos. La semana transitará por un camino sentimental a partir del último partido de Maxi. Pero mientras el hincha maneja sus sentimientos como puede, la dirigencia debe definir el nuevo DT. Porque con buenas y malas, el interinato de Taffarel dejó puntos y otorgó tiempo. Pero eso ya se termina.