Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
La situación en Newell’s es preocupante. Desde lo deportivo, la llegada de Fabbiani trajo el aire lógico de un nuevo DT con ganas y mucho vestuario, pero salir del mal momento no será sencillo con un plantel golpeado física y anímicamente, mucho más cuando se presentan arbitrajes delictivos como el de Echavarría/Mastrángelo frente a Barracas.
También hay una crisis institucional. Los malos resultados provocaron el enojo del hincha contra el presidente Astore y el pedido de elecciones anticipadas se generó incluso en el mismo seno de la comisión directiva, lo que derivó en la renuncia del vice Federico Ripani, quien dió un paso al costado al no encontrar en otros directivos la misma postura de irse antes de cumplir el mandato
En el medio, algunas agrupaciones opositoras se mueven con reclamos, aunque por ahora es más estridente en redes sociales que en la práctica. Hubo un pedido espontáneo en el club para hablar con Astore, pero no fueron la mayoría de los referentes de la oposición. Y eso genera que la charla tenga menos validez o la presión sobre el presidente tenga menor efecto.
No hay dudas que hubo decisiones futbolísticas desacertadas. Después de Heinze, hubo mercados fallidos, incluso con inversiones de dinero fuerte, y en especial se falló con los entrenadores. Larriera no tuvo malos números, pero no entendió la idiosincrasia del fútbol rosarino. Sebastián Méndez nunca debió venir, el interinato largo de Lunari estaba destinado a fracasar y la elección de Soso por parte del Mago Capria fue peor que lo anterior.
Y tanto error tuvo consecuencias. Newell’s dejo pasar una chance inmensa en Copa Argentina, lleva cuatro Clásicos consecutivos con derrota y empieza a preocuparse por el descenso del próximo año si esto no cambia.
Habrá que ver si Fabbiani puede acomodar un poco este desorden futbolístico. Habrá que ver si dirigencia y oposición dejan atrás egos personales y empujan juntos, algo que por ahora no se vislumbra.
Por ahora todos besan el escudo y declaran su amor por Newell’s, aunque pocos parecen entender el momento crítico.