Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
Alguna vez Gabriel Heinze cometió un sincericidio en el folclore futbolero y aseguró sobre ganar o perder un Clásico: «Mis objetivos son otros». Y esa cuestionada frase del Gringo tuvo más sentido cuando se coronó campeón con el equipo que dirigía el Tata Martino.
Ahora, como entrenador leproso, la derrota ante Central lo puso de nuevo en el banquillo de los cuestionados. A nadie le gusta perder con el rival de toda la vida y el Gringo cayó en una zona de enojo y bronca de la gente que lo puso a analizar su continuidad en el Parque.
Pero el fútbol es tan dinámico que un par de semanas después, Newell’s se recompuso desde lo futbolístico y va a ingresar en la recta final de la Copa de la Liga fortalecido.
Tal vez la derrota ante Central fue el golpe que necesitaba el plantel para reaccionar. Cuando vieron que la subsistencia de Heinze dependía de ellos, los jugadores salieron a poner la cara. Y consiguieron dos victorias en fila como visitante, cuando en todo el año apenas habían sumado de a tres fuera del Coloso la misma cantidad de veces.
La Lepra está entre los cuatro mejores del grupo y puede acceder a cuartos. Y ahí serán tres cruces ‘mata-mata’ para coronarse campeón.
La chance está, es cierta, en un mes estará decidido. Y si la Lepra logra mantener este envión, no sería una locura pensar en pelear por el título. Y como si fuera un ‘deja vu’ el Gringo podría reverdecer esa frase tan recordada: «Mis objetivos son otros».