Por José Odisio
Las lesiones aparecieron rápido. Un equipo intenso desde lo físico como Newell’s sabe que puede tener futbolistas al límite de lo que su cuerpo puede dar. Pero cuando las ausencias se amontonan, el técnico empieza a hacer malabares. Y contra Platense ya tuvo que rasquetear la olla para encontrar el equipo.
Pablo Pérez, Piri Vangioni, Armando Méndez y el recién llegado Ferreira se anotaron con faltazo con certificado médico. Y Fabián Ángel, el otro refuerzo, aún no tiene carnet habilitante. Cinco posibles titulares fuera del partido. Y uno en el banco ‘tocado’ (Garro). Es mucho, para cualquier equipo.
Pierde chances de ganar Newell’s. En otro contexto más desfavorable, con otro DT más inestable, y con jugadores confundidos se podría decir que sí. Pero uno de los principales méritos de Sanguinetti es haber armado un equipo, más allá de nombres propios. Obviamente no es lo mismo que jueguen Lema o Ditta que Mansilla; o Sordo que Cingolani; o Juanchón que Rossi. Pero cuando el DT tuvo que apelar a estos pibes, o a Campagnaro, Jacob, Luciano o Sforza respondieron. Y hoy no debería ser la excepción.
Sanguinetti repite esquema. Perder a los dos carrileros no modificó su idea. La confianza a un sistema y el rendimiento de Velázquez, Lema y Ditta son motivos suficientes para sostener la línea de tres, rendidora en lo defensivo y con un aporte indispensable en la pelota aérea en ataque.
Van seis fechas. Pocas para candidatearse a objetivos importantes, suficientes para entender que Newell’s va por el buen camino. Y para fortalecerse aún más como equipo, habrá que superar obstáculos, como las ausencias de hoy ante Platense. Si lo logra, sentirse candidato no parecerá una exageración.