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Opinión Leprosa: «Las heridas deben cicatrizar»


Foto: Juan José García

Por José Odisio - CLG

Por José Odisio

Heinze sigue. Puede sorprender, incluso molestar a muchos hinchas, pero tiene cierta lógica, al menos hasta que Newell’s juegue el domingo ante Boca.

El ciclo del Gringo parece tener destino final. Difícilmente el entrenador siga en 2024. Pero a dos fechas del final de la Copa de la Liga, su continuidad no es una locura. Newell’s aún tiene chances de clasificar -créase o no- y el partido es de visitante, sin el enojo de los hinchas que ya le bajaron el pulgar al DT. Y con Heinze decidido a seguir, no está mal que la dirigencia banque hasta el domingo.

Quedan dos fechas. Y parece difícil encaminar un ciclo que parece destinado a quedarse sin nada. Y la palabras más cercana al sentimiento real de los hinchas no es fracaso. El término que mejor define lo sucedido es «decepción». Porque hace un año, cuando Heinze asumió como DT leproso, la ilusión del hincha fue muy grande. El Gringo era la opción uno de la gente, todos querían que diga «sí» aunque parecía difícil. Y cuando se concretó su llegada, la expectativa de resultados era inmensa, pero además estaba demasiado ligada a lo sentimental, lo que hace mucho más duro asimilar los malos resultados.

El proceso para la gente es duro. El hincha exige más por historia que por realidad. Pretende logros emparentados con su incondicionalidad al escudo y no considera la calidad del plantel ni la billetera disponible. Y cuando los objetivos no se alcanzan, el enojo arranca con el DT, y en caso, Heinze no pudo tener ese feeling con la gente que sí logró como jugador. Por eso no hubo contemplaciones luego de Sarmiento. Y si bien el Gringo no quiere bajarse para no dejar en banda al plantel, es difícil que la relación con el hincha se recupere pronto. Las heridas deben cicatrizar.