Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
Las finales se ganan, aunque no siempre hay chances de jugarlas. Newell’s afrontará el sábado ante Boca un partido decisivo de cara a la clasificación a cuartos de final de la Copa de la Liga, y los protagonistas se acostumbran a decir que se juega «una final».
No es tan errado el concepto. La Lepra está por encima de Boca en la tabla y ganar sería un boleto directo a la clasificación. Y si bien perder no dejaría al equipo de Larriera fuera de todo, sus chances sería menores y en la última fecha debería derrotar a Defensa y esperar algunos resultados favorables. Será un partido con mucho en juego, casi como una final.
Como todo partido decisivo, el planteo correcto, la entrega de los futbolistas y el buen rendimiento serán las llaves para triunfar. Larriera deberá resolver cómo reemplaza a Fernández Cedrés, ese es su gran dilema. Al recuperar a Banega y sin el Pitbull, la presencia de Julián Fernández está decidida, pero resta saber si ingresa un volante de marca o mantiene al juvenil Esteban Fernández. Para que esto suceda, el DT debería pensar en un esquema 4-4-2 con Ever como doble cinco y Fernández de media punta. Un equipo que suena demasiado ofensivo si se tiene en cuenta el rival.
Otra opción es el ingreso de Cacciabue. Sin el sancionado Franco Díaz como opción, el único mediocampista defensivo que tiene es Cacciabue, salvo que piense en adelantar a Méndez y probar a Schott como lateral.
Más allá de lo táctico, el otro punto relevante es lo emocional. Y Newell’s debe entender lo mucho que está en juego. Hoy el equipo rinde mejor fuera del Coloso, una muestra clara de la presión que tienen los futbolistas cuando salen a jugar de local. Hacer que el apoyo del hincha sea un impulso y no un motivo para fallar será fundamental. Y no imaginar teorías conspirativas con los arbitrajes los despejará de una carga emocional que hoy juega en contra.
Newell’s se juega una final ante Boca. Si gana no será campeón, pero estará muy cerca de un objetivo que hoy es demasiado importante para la continuidad de Larriera tras perder el Clásico, un golpe muy duro para todos. El sábado se verá si el equipo pudo superarlo.