Por José Odisio
Por José Odisio
La pelota empezó a rodar. El mercado de pases terminó y Newell’s empieza a mostrar las primeras imágenes del equipo de Gabriel Heinze. Cuesta evitar que el hincha no se ilusione. El Gringo genera una expectativa alta por capacidad de trabajo y una personalidad que indefectiblemente absorben los futbolistas. Y el armado del plantel también presenta garantías, porque llegaron más refuerzos de las inicialmente imaginados y con una buena dosis de jerarquía.
Jonatahn Menéndez, Jherson Mosquera, Jorge Recalde, Bruno Pittón y Ángelo Martino son incorporaciones de calidad, titulares en cualquier equipo con pretensiones serias. Y si bien Lucas Hoyos, Guillermo Ortiz e Iván Gómez presentan más dudas en el hinchas, para Heinze son piezas importantes, que además llegaron en el inicio de pretemporada y pudieron absorber la idea del DT desde el primer trote del ciclo en Bella Vista.
Tal vez la pregunta inevitable es ¿adónde apuntar? La triple competencia, Liga, Copa Argentina y Sudamericana, parece demasiado para cualquier plantel. Intentar pelear todo muchas veces te deja sin nada. Por ahora en el torneo local los números iniciales son positivos, lo que obliga a seguir peleando. Es un torneo largo, desgastante, mucho más para los equipos como Newell’s, que imponen lo físico como atributo base. De todas maneras hay pocos equipos que tienen plantel y oxígeno para bancarse 27 fechas a tope, y la Lepra intentará estar en la pelea.
La Copa Argentina siempre es tentadora. Y que la haya ganado Patronato es un incentivo para cualquiera. Son seis series de playoffs que otorgan un título y un pasaje a la Libertadores. No está mal enfocarse en este certamen, esquivo para la Lepra desde siempre.
Claro que participar de un torneo internacional seduce. Y la Sudamericana va a ser inevitablemente un objetivo para Newell’s. No es sencillo, pero el premio es demasiado grande: ganar por primera vez un torneo internacional, con todos los extras futbolísticos y económicos que arrastra coronarse en esta competencia.
Los frentes están abiertos, ahora será responsabilidad de Heinze manejar las cargas físicas y los recambios futbolísticos para intentar que este ilusión inicial se transforme en realidad.