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Opinión Leprosa: «Ganó porque supo como jugarlo»


Por José Odisio

Newell’s ganó el Clásico. Y no es una victoria más. En épocas donde los buenos resultados no abundaron, mucho menos ante Central, un triunfo en Arroyito pasa a tener un alto contenido emocional y puede ser un estimulante para un ciclo nuevo que acaba de recibir el mejor espaldarazo posible: ganarle al eterno rival.

La Lepra ganó porque supo jugar el Clásico. Lo que podría ser un simple concepto con poco sentido, por el contrario, pinta la realidad de lo sucedido. La Lepra entendió cómo debía jugar este partido. Con garra e iinteligencia, disputando cada pelota con el máximo de intensidad. Ninguno se escondió, todos -incluso los de flojo rendimiento- salieron a ganar. Y cuando la convicción es grande, el premio muchas veces también lo es.

Está claro que hubo destacados. Y cuando la nómina de elogios individuales supera los dedos de una mano, es casi imposible que el resultado no sea positivo.

Cristian Lema fue impasable y junto a Willer Ditta formaron una dupla impenetrable tanto por arriba como por abajo. Ruben fue anulado y ahí la Lepra empezó a construir el triunfo. Macagno también colaboró, incluso con la picardía de parar el partido cuando Central apretó com centros. Y Méndez, que a veces da ventajas en defensa, fue clave cada vez que pasó al ataque, como sucedió en el gol. Ayudó mucho el despliegue de Juro Fernández, y también los ratos de Pablo Pérez.

Obviamente hubo un héroe, ese que marcó la diferencia con su gol. Juanchón García se anotó en la historia por ser intuitivo, por dejar cuerpo y alma en cada pelota, en cada choque. Un nueve que emociona con su entrega, que no piensa sólo en convertir. Y como alguna vez sucedió con Julián Maidana, Santiago Salcedo o Maxi Rodríguez, por nombrar algunos de este siglo, se anotó en el corazón del hincha con un grito que definió el Clasico como visitante, lo que es más meritorio.

La mochila ya no pesa tanto. Newell’s empieza a andar con más firmeza. Recorre este camino con un Sanguinetti que parece ser un buen guía. Y ahora que superó este inmenso objetivo, tal vez no sea mala idea apostar a algo más. Después de ganar un Clásico, nada es imposible.