Por Diego Añaños
Por Diego Añaños
“Dicen que soy aburrido”, decía un recordado spot de campaña de Fernando De la Rúa allá por 1999. Y parece que algunos se están aburriendo con estas columnas. Tal vez sea una limitación personal, pero a veces se hace complicado sonar entretenido cuando la realidad no ayuda. Para colmo de males, me tocó bailar con la compañera más complicada, porque la economía no viene regalando últimamente demasiadas noticias como para levantar el ánimo de la audiencia. Pero bueno, a no quejarse. Vamos a hacer el intento de reunir algunas buenas noticias y aprovecharnos del envión anímico que significó el triunfo de la selección ante Australia para montarnos en la ola del entusiasmo. Y aclaro, no solo estoy contento por el resultado. A mí me gusta el fútbol, y me niego a analizar solamente el tanteador. En los cuatro partidos que se jugaron, demostramos ser ampliamente superiores que nuestros ocasionales rivales, más allá de algunos errores puntuales. Además, e independientemente de lo que ocurra el viernes que viene, Holanda parece ser un rival casi ideal para encontrarse en un cuarto de final de una Copa del Mundo.
La primera buena es que el BID aprobó un nuevo préstamo por U$S500 millones para la Argentina. El mismo se acordó con el malogrado Mauricio Claver-Carone durante el primer viaje oficial de Sergio Massa como titular del Palacio de Hacienda en el mes de octubre. La línea, denominada Policy Based Lending, tiene la característica de no estar atada a un programa en particular, y por lo tanto los fondos son de libre disponibilidad. Es casi un hecho que, junto con el giro anterior de U$S700 del mismo organismo liberados en el último trimestre del año, las divisas vayan directamente a reforzar las reservas del Banco Central. Originalmente el desembolso iba a ser de U$S800 millones y, como recordarán, Claver-Carone había bloqueado la liberación del préstamos. Las gestiones de Massa con el ex presidente permitieron elevar el monto en un 50% y asegurar la llegada de los fondos antes de que finalice el 2022. Y no hay dudas de que la llegada de dólares frescos es como agua en el desierto para el gobierno nacional, especialmente luego de dos meses donde se perdieron más de U$S800 millones de reservas. Además, son más que oportunos, ya que llegan en momentos en los que los equipos técnicos del ministerio de Economía están negociando en Washington la revisión de las metas cuantitativas del tercer trimestre del año del acuerdo firmado en marzo con el FMI. La aprobación de la auditoría del Fondo significaría a su vez, la llegada de una remesa de U$S5.900 millones, que no sólo permitiría cubrir las obligaciones con el organismo, sino que comenzarían a despejar el panorama y permitirían reducir la carga de stress financiero para el cierre del año en curso. Aparentemente, y de no ocurrir algún acontecimiento inesperado, las negociaciones están encaminadas y la Argentina pasaría nuevamente el test.
Paralelamente, sigue avanzando a buen ritmo la implementación del dólar soja II. Luego de la primer semana, el Banco Central continúa en su senda de recuperación de reservas y ya acumuló U$S457 millones, y ya acumula casi U$S4.000 millones de compras netas en 2022. El presidente de la entidad, Miguel Pesce, se mostró satisfecho con la marcha de la medida, y aseguró que el Central viene controlando de cerca los colaterales que surgen de comprar los dólares a $230 para luego venderlos a $170. Sostuvo que, así como fue posible mantenerlo controlado durante la implementación del dólar soja I en septiembre, se podrá hacer ahora. También se mostró confiado con respecto a una preocupación que muchos expresamos,
Vinculada al desmadre de la deuda en pesos, generada por los pasivos remunerados del Banco Central, y afirmó: “No existe ningún riesgo”. Finalmente, y en el marco del cierre de las Jornadas Monetarias y Bancarias 2022, Pesce dejó un mensaje optimista cuando señaló que Argentina transita “un camino de reducción de la inflación”.
La última buena, y para cerrar bien arriba. El presidente de la Reserva Federal de los EEUU, Jerome Powell, sostuvo que la entidad podría iniciar una senda de reducción en el ritmo de las alzas de las tasas de interés de referencia “tan pronto como en diciembre”. Si bien afirmó que la lucha contra la inflación no está ni lejos de haber terminado, se mostró favorable a una moderación de los aumentos a medida que se vayan aproximando el nivel óptimo que les permita ponerle un freno a la inflación. Recordemos que una política agresiva de tasas por parte de autoridad monetaria norteamericana, no sólo implica un freno del nivel de actividad en los EEUU, sino que tiene efectos recesivos a través del mundo, a la vez que acelera la fuga de capitales de los países emergentes. La decisión de moderar los aumentos en sin dudas una buena señal para el sistema económico internacional.