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Opinión: «La cuestión energética por encima de la grieta»


Por Diego Añaños

Por Diego Añaños

Este enero todo parece estar aletargado. Algo así como una suerte de hibernación en medio de un verano bochornoso. Los políticos que están en la oposición, sean del partido que sean, pero aspiran a un cargo electivo, aburridos y fastidiosos, responden obedientemente a los requerimientos de los jefes de campaña. Fotos pavotas, videos para las redes sociales, nadie que juegue a la política escapa a la dictadura de las redes sociales. Los que están en la gestión, saben que viene un año durísimo, donde van a tener que cortar cintas hasta de una hamaca en una plaza.

El que se salió de la regla fue Horacio Rodríguez Larreta. Su novia, Milagros Maylin publicó unos videos en los que se ve al jefe de gobierno de la ciudad, actuando (malamente) el armado de una carpa en la Patagonia. Los medios afines, y lamecuerpos, cuentan que viajaron a San Martín de los Andes pero decidieron quedarse a acampar unos días frente al volcán Lanín. Afortunadamente, parece que los community manager de Mili son un poco más habilidosos que los de Horacito, y en ningún momento se ve a los lacayos que le arman la carpa (como sí se vio al que le sostenía la tabla cuando actuó, también malamente, una tarde de surf en el mar). Como no podía ser de otra manera, los videos son soporíferos, y el De la Rúa versión cambiemita, ni se acerca a su objetivo de parecerse a una persona normal. No saben lo que extraño las peleas de vedettes. Tangas que desaparecían, espejos de camarines rotos, cuatro de copas que se iban de un móvil. Les juro, hasta pagaría por un Fede Bal peleándose con sus vecinos de country por una fiesta loca de madrugada en Carlos Paz. En fin, es lo que hay.

Alberto, ya lanzó su campaña hace tres semanas con un video un poco más logrado. Con demasiadas resonancias alfonsinistas, en un tono demasiado socialdemócrata como para enamorar al peronismo, pero va. Sabe que la clave está en mostrar gestión, ya que los logros económicos (vengan o no) tienen nombre y apellido, y no son los suyos. En ese plan, en el día de ayer, el presidente encabezó un acto en Ensenada, en el que se inauguraron las obras de expansión de la Central Térmica Barragán, junto al intendente Mario Secco y las autoridades de YPF y Pampa Energía. Se trata de una inversión de U$S220 millones, que creará alrededor de 1.500 puestos de trabajo. Las obras ampliarán la capacidad de generación de la planta de 567 a 847 MW. Fernández se ha jugado un pleno a multiplicar la oferta energética del país, en busca de diversificar la canasta exportadora y aumentar el ingreso de divisas genuinas al país. Vaca Muerta es, sin dudas la nave insignia de su proyecto, y es donde tiene depositadas todas sus esperanzas.

La cuestión energética parece ser uno de los pocos puntos de acuerdo entre oficialismo y oposición. Las posibilidades que se abren para la Argentina de entrar a jugar como un exportador global de energía son inmensas. Como destaca Martín Bidegaray en una nota publicada en Clarín hace algunos días todo el arco político parece coincidir en que es el momento del despegue para la producción energética nacional, no sólo a partir de un esquema de demanda regional, donde se destacan Brasil y Chile como principales destinos, sino pensando en el mercado mundial. La producción de petróleo y gas en la Argentina está creciendo de manera robusta, y es probable que se multiplique en un par de años, sin embargo el cuello de botella está en el transporte. Por esa razón ya están en marcha alrededor de diez proyectos de infraestructura energética que permitirán movilizar los combustibles desde su lugar de extracción hasta las zonas de almacenaje, procesamiento y posterior exportación. Los costos de las inversiones en el sector son muy importantes, y no están al alcance del gobierno nacional. Sólo por dar un ejemplo, una planta de gas natural licuado, que es donde se transforma el gas en líquido para poder exportarlo, está en el rango de los 4 a 5.000 millones de dólares.

Más allá de los costos astronómicos, lo que parecen sobrar los capitales dispuestos a invertir en petróleo, gas y su transporte en la Argentina. Recientemente, el CEO de la compañía energética alemana Wintershall Dea, Mario Mehren, sostuvo que nuestro país se encuentra en el tope de la cartera global de inversiones de la empresa. Paralelamente sostuvo que la “Argentina tiene el potencial para suministrar energía a Europa a largo plazo”. Según algunas estimaciones, de concretarse estos proyectos, nuestro país pasaría de ser importador de energía a transformarse en un exportador por alrededor de U$S10.000 millones para 2025. La avenida parece estar pavimentada para el éxito, será cuestión de ver si nuestros gobernantes son capaces de asegurar que los beneficios de poseer recursos naturales nos permitan avanzar hacia la soberanía energética o si, una vez más, los entregarán en bandeja a las potencias coloniales extranjeras.