Opinión
Política y Economía

Opinión: «El shock de Milei en una Argentina brutalmente empobrecida»


De libertad para salarios dignos, para haberes jubilatorios que permitan una vida llevadera, poco… o nada. Es decir, como siempre, el ajuste sin gradualismo lo pagará como siempre en una buena proporción la gente común

Por Carlos Alberto Duclos – CLG

Casado, con hijo y un sueldo de 590.000 pesos (lo que para una Argentina brutalmente empobrecida no está definitivamente mal, pero que es una ignominia para la vida digna), L. M. quedará sin vivienda durante el próximo mes de febrero, pues se le vence el actual contrato de alquiler. Los dueños de la propiedad no han querido renovarlo.
L. M. ha buscado afanosamente un nuevo techo, pero encontrar un lugar para vivir en estos momentos de incertidumbre en la Argentina del gran cambio no es nada fácil. Por fin, alguien se ha animado y parece (parece, no es definitivo) que le arrendará un pequeño departamento de dos dormitorios a L. M. ¡Salvado!, pero… ¿salvado? El alquiler será a un valor de 240.000 pesos mensuales, reajustables cada tres meses.

Desde luego, a esto se sumarán las expensas y los servicios. Es decir, casi la mitad del sueldo del hombre de nuestra historia (que es real) estará destinado al pago de vivienda.

Luego vendrá esa odiosa cuestión de alimentarse y no hace falta decir lo caro que resulta ese menester en la Argentina de estos tiempos. (¡Cómo Dios no ha sido más sabio e hizo que con oxígeno bastara para la vida aquí!).

Y a rogar, claro, que nadie de la familia se enferme, pues si bien L. M. tiene obra social sindical, los medicamentos orbitan más allá de la línea de los satélites Starlink ¡Y pobres de aquellos hombres y mujeres de la clase media (descendida al segundo subsuelo) que deban pagar una prepaga!.

Y encima, ya asoman la nariz los molestos meses de febrero y marzo, con el comienzo de las clases y las compras de los útiles escolares ¿Y seguimos? Mejor no, no hace falta, pues cualquiera con los ojos no contaminados por el fanatismo conoce la realidad.

Y ante esta realidad abrumadora, fatal, repulsiva, alguien exclamará: ¡pero esto no es de ahora. Vienen de años la pobreza, la inflación, los salarios indignos, el empleo informal y mal pago, las jubilaciones de hambre, etcétera! Y sí, es cierto, esto no es de ahora. Un ahora, un nuevo gobierno, que ha sido creado, en buena medida (hay que decirlo y sin excusas) por el anterior que, como bien dijo el ex funcionario peronista Guillermo Moreno en la noche de este domingo en un programa de TV, ha sido lo suficientemente malo como para crear el Milei presidente.

Un Javier Milei que ha comenzado, de la mano de Sturzenegger y Caputo (que formaron parte del viejo aparato argentino llamado “casta”, tan cuestionado) con una política de “shock” desregulando la economía, como si en un país empobrecido, habitado por algunos vivos y angurrientos, formadores de precios de empatía cero, pudieran liberarse, sin más trámite, sin ningún control, y de la noche a la mañana, todos los precios de bienes y servicios que son esenciales para la vida.

Eso sí, de libertad para salarios dignos, para haberes jubilatorios que permitan una vida llevadera, poco… o nada. Es decir, como siempre, el ajuste sin gradualismo («cirugía sin anestesia» de Menem)  lo pagará como siempre en una buena proporción la gente común, esa que está asfixiada y a la que se le pide un sacrificio, como si fuera posible respirar varios meses cuando le han puesto a la víctima una bolsa de nailon en la cabeza.