Por Diego Añaños – CLG
El día martes, el Presidente de YPF, Pablo González, realizó una presentación ante un plenario de comisiones en la Cámara de Diputados, con el objeto de informar sobre el proyecto de promoción y exportación del Gas Natural Licuado proveniente del Yacimiento Vaca Muerta. El gobierno nacional está trabajando sobre el diseño de un marco legal que incentive la inversión en plantas de GNL, tendiente a fomentar e incrementar la capacidad exportadora nacional en materia energética. En ese sentido, destacó que la Argentina es el único país en el mundo, exceptuando a los EEUU, que es competitivo en materia del shale gas a nivel global. Paralelamente, y no es un detalle menor, sólo Vaca Muerta representa la segunda reserva de gas no convencional del planeta, además de ser también la cuarta reserva mundial de petróleo no convencional.
La oposición, por su parte puso en cuestión el proyecto, aduciendo que parece estar hecho a medida de una empresa en particular. Concretamente se refieren a Petronas. Esto se debe a que, a comienzos de septiembre del año pasado, YPF firmó un acuerdo de Estudio y Desarrollo Conjunto con la empresa nacional malaya, para desarrollar un proyecto integrado de GNL que incluía el Upstream con la producción de gas no convencional, el desarrollo de gasoductos e infraestructura, la producción de GNL, así como la comercialización y la logística internacional. Según los diputados opositores, el diseño de la norma favorece claramente al gigante energético malayo. Sin embargo, desde el oficialismo destacan que se trata de un proyecto que cuenta con la aprobación del sector, así como de distintos referentes en materia energética.
Como planteó González, las reservas descubiertas garantizan la provisión de gas por los próximos 170 años, por lo que el desafío de hoy es monetizar ese gas, y conseguir la manera de abastecer al mercado interno y procesarlo para exportarlo como gas natural licuado. Lo cierto es que la puesta en funcionamiento del proyecto demanda de una versión inicial de alrededor de U$S10.000. Pero las cuatros etapas, que se llevarán adelante en los próximos quince años, implican una inversión de U$56.000 millones, por lo que el país va a necesitar asociarse para llevarlo adelante. El proyecto integral incluye tanto la producción del gas en Vaca Muerta, como el transporte vía tres gasoductos desde el yacimiento hasta la terminal de procesamiento, hasta la industrialización.
Sobre el cierre de la presentación vinieron las definiciones. Más allá de cualquier desarrollo de la propuesta técnica, el presidente de YPF no dejó lugar a dudas cuando afirmó que las potencialidades del GNL lo transforman “en otra Pampa Húmeda, pero sin riesgo climático”, una metáfora más que convincente. Los números son impresionantes.
Dependiendo del valor del combustible, que es muy volátil y oscila en función las condiciones de oferta y demanda internacionales, estamos hablando de la posibilidad de generar entre U$S17.000 y U$S27.000 millones por la vía de las exportaciones. Además, hay que considerar que a las entradas por las ventas, habría que agregarle el ahorro que significará para nuestro país el incremento de la producción de gas, ya que disminuirá sensiblemente la demanda de importaciones energéticas. Es decir, permitirá alivianar de manera significativa los problemas de balanza de pagos que enfrente periódicamente la Argentina, y que se expresan como restricción externa.
Afortunadamente para nuestro país, no sólo Vaca Muerta aparece en el horizonte. Palermo Aike, un yacimiento de similares características descubierto recientemente en la provincia de Santa Cruz, cuenta con un potencial cercano a un tercio de lo estimado para el reservorio neuquino (ya considerado como el cuarto reservorio más importante del mundo). Por otro lado, dos importantes yacimientos petrolíferos encontrados en las costas cercanas a Namibia a comienzos de 2022, han generado grandes expectativas vinculadas a las posibilidades de encontrar nuevos reservorios cerca de las costas de Mar del Plata. Esto se debe a que las cuencas se han formado hace cientos de millones de años, y hace 250 millones las masas continentales que hoy conocemos estaban unidas en lo que conocemos como Pangea.
Entonces, hace más de 120 millones de años, cuando se formaron las reservas encontradas en Namibia, África estaba mucho más cerca de América del Sur de lo que está ahora. En consecuencia, los geólogos tienen argumentos de sobra para suponer que es muy posible que a unos 300 km de Mar del Plata, y a unos 1.500 mts de profundidad, existan yacimientos similares a los descubiertos en Namibia.
Sin dudas que aquí no se agotan las potencialidades productivas exportadoras de nuestro país. También tenemos el segundo reservorio mundial de litio y un desarrollo más que aceptable de las industrias del software y la biotecnología. Pero, como planteó González para el GNL, las medidas de incentivo a la inversión de estos sectores deben transformarse en políticas de Estado. No basta con tenerlas, es necesario explotarlas y potenciarlas, a la vez que custodiamos que la agregación de valor de estos recursos y capacidades estratégicas permanezca dentro de la Argentina. Si no, asistiremos a un nuevo episodio de colonialismo. Probablemente un colonialismo renovado, 3.0, pero colonialismo al fin.