Opinión

Opinión: «El derecho a la salud: análisis político, económico y social»


Por Miguel Cappiello – Especial para CLG

Por Miguel Cappiello – Especial para CLG

La salud es un derecho humano, íntimamente ligado a la calidad de vida, de responsabilidad constitucional e indelegable del Estado. Y corresponde al Estado provincial asegurar a la ciudadanía el ejercicio de ese derecho.

Rechazamos aquello que dice que el Estado es invariablemente ineficiente, que esto no se puede o no nos corresponde, y hemos demostrado que el Estado, por ejemplo en Rosario, pudo asumir su compromiso como garante del derecho a la salud de los ciudadanos. Y ese derecho garantizamos en la provincia de Santa Fe a través del Plan Estratégico Provincial del por entonces gobernador Hermes Binner.

Es necesario tener un Estado provincial desburocratizado para acercar las decisiones a los espacios donde se expresan los problemas en todos los órdenes.

La salud es un valor social fundamental, un bien público, garantizado por el Estado como derecho universal integral y con equidad. Y tiene a la descentralización como impulsora de procesos democráticos participativos de empoderamiento de los ciudadanos y sus comunidades, desde la perspectiva de la salud como proceso y producto social que posibilite además de la atención de salud, la calidad de vida. Y tiene en los gobiernos locales un espacio privilegiado de desarrollo de un nuevo contrato estado-ciudadanos, desburocratizado, democrático, con efectiva participación social y que articule los diversos sectores que contribuyen al mejoramiento de la salud y la calidad de vida.

Para que los puntos precedentes se cumplan efectivamente, se requiere que los gobiernos nacionales y provinciales asuman su rol de garantes del derecho a la salud reconociendo y compensando las diferencias de los espacios locales para asegurar la equidad.

La regionalización resulta un recurso de descentralización para provocar una mayor cercanía del gobierno provincial con la ciudadanía y territorios. Una nueva forma de pensar a la regionalización, que incluya la organización de espacios territoriales comunes a los diferentes ministerios y una redefinición de funciones de los delegados regionales, abreviaría los tiempos de gestión del gobierno central y liberaría energías para la puesta en acción del plan estratégico y las políticas de aplicación universal, por ejemplo en salud y educación.

Esta regionalización permitirá abordar la reforma sanitaria en contextos flexibles y ágiles, sin embargo, cualquier descentralización de recursos y capacidades de decisión hacia los agentes políticos y sociales en cada territorio de ninguna manera diluirá el rol rector del Estado provincial.

El desarrollo de la estrategia de atención primaria de la salud permite la reorganización del sistema en su totalidad y la reconocemos como el nivel que garantiza el acceso equitativo, integral y universal.

Con adscripción de pacientes a equipos responsables asumida como un nuevo contrato entre Estado y ciudadanos, donde se asume la responsabilidad por el cuidado de la salud, y se actúa como agente en la red de servicios lo que implica efectivizar interconsultas, referencias y contrarreferencias, internaciones, cuidado domiciliario, etc., con el acceso más adecuado y según las necesidades de cada ciudadano.

La práctica de los equipos de salud de APS excede los presuntos límites de la práctica médica. Es una producción colectiva de equipo, interdisciplinaria, participativa y sujeta al protagonismo de la comunidad, una práctica compleja para dar respuesta a problemas complejos.

Un sistema único de salud de gerenciamiento público que establecerá mecanismos de coordinación con los distintos subsectores de la salud. Que deberá garantizar la participación ciudadana en todos los niveles.

Modelo de atención y modelo de gestión

En relación al modelo de atención reconocemos que el problema actual del sistema de servicios dependientes de la provincia de Santa Fe es la distribución asimétrica de necesidades y recursos.

El modelo de gestión es el instrumento que da lugar a un nuevo ordenamiento de la organización en pos de la construcción de un sistema único de salud para todos los santafesinos. La idea central es cimentar un sentido compartido por los gobernantes, los trabajadores y los usuarios del sistema cargado de valores como democracia, participación, equidad, compromiso, responsabilidad, autonomía.

El proceso de debate es sobre la reorganización de la red con los objetivos de descentralizar, desburocratizar y fundamentalmente democratizar, dando participación a trabajadores, usuarios y organizaciones de la esfera social y política.

Es necesario como política de estado fortalecer el concepto de redes asistenciales. Los servicios de salud son los que deben velar por una atención de salud oportuna y de buena calidad a la población, lo cual incluye el desarrollo de nuevas capacidades de coordinación entre los niveles de distinta complejidad y entre los prestadores municipales, provinciales y privados.

Hoy sabemos que no podemos sostener que el Estado es el único garante del interés general o que sea sólo el Estado quién defina lo que es público. Estoy hablando de coincidencias que superan la antinomia estado/sociedad o privado y público.

El Estado tiene que seguir siendo responsable de la salud, educación, pero no el único ejecutor, sí el garante. Queremos un Estado fuerte, que sepa defender con fuerza los intereses de los que tienen menos.
La tarea en salud se construye en el diálogo permanente de la comunidad, los trabajadores y los funcionarios del Gobierno, en el compromiso cotidiano de luchar para transformar las condiciones que limitan la vida.

El renacimiento de la atención primaria de la salud no puede estar desvinculado de un juicio crítico de porque no hemos podido mostrar evidencias claras y permear la prioridad y decisión de las sociedades y de los gobiernos, de mantener relegada a la atención primaria y sometida al modelo hospitalocéntrico. Es fundamental para el rediseño de los sistemas convertirla en la puerta de entrada y en la verdadera guía de atención de la salud que asigne recursos según las necesidades. La “fascinación tecnológica” del hospital no nos ha permitido valorizar el trabajo clave de la prevención, promoción y primer nivel de atención en los objetivos últimos de mantener la salud de la población.