Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Central no jugará un partido más. Todo lo contrario. Es que ante Banfield el Canalla se jugará muchas cosas, entre ellas la continuidad de su entrenador. La falta de resultados y algunas cuestiones extrafutbolísticas, como lo que sucedió el fin de semana pasado en cancha de San Lorenzo, pusieron en jaque al Kily y para evitar el “mate” su equipo, por lo menos, no deberá caer.
Si bien en este fútbol argentino tan parejo no se puede catalogar a nadie como favorito, antes de un partido, esta vez Central tiene una gran posibilidad de quedarse con el partido. Es que el rival llegará al Gigante con muchas bajas por casos positivos de Covid-19.
Claro que el Canalla también llega con su pesar. Más allá de la irregularidad que atraviesa en este campeonato, al Kily le faltará, entre otros, Emiliano Vecchio. El diez auriazul es el que concentra el juego del equipo y el desafío estará en poderlo suplantar de la mejor manera. Luciano Ferreyra ingresará en su lugar y será uno de los encargados de generar juego.
Central tendrá la última chance de intentar terminar entre los primeros cuatro. Si no suma de a tres decididamente la posibilidad de alcanzar el objetivo trazado se extinguirá.
Un partido trascendental. Un encuentro cuyo resultado será determinante para el cuerpo técnico. Una derrota marcará el fin de ciclo del Kily, un proceso que tuvo un punto de quiebre antes del arranque de este torneo. Es que la derrota por Copa Argentina caló bien hondo y los irregulares rendimientos que vinieron después no pudieron camuflarla. Es más, el último encuentro revivió esa herida y obligó a que frente al Taladro el entrenador se juegue a todo o nada.