Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Aquella victoria ante Talleres, con gol de Marinelli, ha quedado muy atrás. Luego de esa alegría el Central de Carlos Tevez disputó 7 partidos y no pudo volver a ganar. De los últimos 21 puntos que disputó sacó solamente 4, una cosecha pobrísima que le ha significado al Canalla pelear para engrosar el promedio en 2023.
La mala cosecha de este año incluyendo las estadías, además de la actual, de Kily González y Leandro Somoza no solamente hizo que este año sea uno de los peores del último tiempo, sino que se ha hipotecado el futuro.
El lunes el rival fue Defensa y Justicia. Así el Canalla cerraba la doble fecha en condición de local que le tocó en el fixture. Y si bien el equipo del Apache fue algo más en el final casi lo pierde y el empate no terminó siendo tan injusto. Un partido de menos a más, un juego donde Central solamente tuvo buenas intenciones y a pesar de las chances que tuvo se volvió a mostrar con graves problemas a la hora de la definición.
Tevez no para de probar. El inconveniente es que no lo hace en la semana, sino en los partidos donde hay puntos en juego. El entrenador canalla ha dado sobradas muestras de que no se casa con nadie, pero esa postura de “juego y error” han llevado a que hoy a tres fechas para el final no se conozca cuál es el once. Un día juega con un delantero, otro con dos. Un partido modifica los laterales, al otro no. El doble cinco un encuentro es con Ortíz y Tanlongo, al otro ingresa Mac Allister y en el mismo partido lo saca y regresa el juvenil de rulos. Así pasa en la mayoría de los puestos, ni hablar en ofensiva donde los chicos entran y salen y nadie se siente seguro en el lugar que tiene.
Tevez en otra realidad del club seguramente estaría afuera o con los días contados. Sin embargo, por los días “pre electorales” que atraviesa Central el entrenador sigue y su equipo ya lleva 7 sin ganar. Una realidad preocupante, un equipo que no le gana a nadie, que se abraza del empate, que a pesar de que ante el Halcón jugó con un hombre de más el último cuarto de hora el técnico no rompió el doble cinco y que Defensa con 10 casi se lo gana al final.
Central vive días revolucionados y en la cancha se refleja con un equipo anárquico que solamente apuesta a una genialidad de un pibe de 17 años o a una trepada de los laterales; poco, muy poco.