Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Un triunfazo. Central cerró una gran semana donde le ganó a Vélez, consiguiendo su primera alegría en el torneo, y pasó a cuartos de final de la Sudamericana. Días de excelentes resultados brillan por Arroyito y los hinchas están alegres. Pero atención, hay cosas que quedaron para analizar de la victoria ante los de Liniers que deben tener en cuenta el entrenador, el director deportivo y la dirigencia.
Muchas veces la algarabía que genera un triunfo agónico tapa el desarrollo que precedió a ese instante de éxtasis como es marcar sobre el final.
El partido de Central estuvo lejos de ser similar al que hizo el jueves por la Copa. Es que el equipo del Kily primero le costó meterse en partido y luego no supo cómo hacer valer la superioridad numérica que tenía desde los 35 de la primera etapa.
Vélez manejó más a su criterio la primera parte del partido y luego con su buen trato de pelota hizo que no se sintiera que tenía un jugador menos. A Central le costó y mucho y pudo quedarse con la victoria por tener un gigante amor propio y porque la última bocha le quedó a un Vecchio que transita días de inspiración.
Pero, ¿por qué le costó a Central? Primero porque no estuvo fino con la pelota, porque a Vecchio lo marcaron celosamente y principalmente porque aquellos jugadores que deben ser punzantes y generar se los notó cansados. Este último ítem es importante de destacar; ya que el desgaste del jueves fue mucho pero al entrenador le faltan herramientas para recurrir cuando los Zabala y los Ferreyra lucen cansados.
Está claro que más allá de los que ingresaron no fallaron, principalmente Marinelli y Lo Celso, hoy Central no tiene un plantel para afrontar la doble competencia. Porque si lo tendría seguramente el entrenador hubiese refrescado a tiempo a su equipo.
Quedan pocos días para el cierre del mercado de pases. Saber hoy si la dirigencia hará el esfuerzo por traer a algún jugador más sería hacer adivinanzas, pero lo cierto es que nadie puede dudar de que a Central le falta al menos un volante más. Que la victoria agónica de este domingo no tape el bosque.