Por Enrique Genovar
Bien abajo. Central perdió ante Vélez y recibe a Carlos Tevez en plena crisis futbolística. El último partido de Germán Rivarola como entrenador interino dejó mucho que desear y la apuesta al nuevo cuerpo técnico es inconmensurable.
El Canalla jugó un muy mal primer tiempo y si bien levantó algo en el segundo, perdió de manera justa en Liniers. Jugadores en bajo nivel, sistema defensivo endeble y ofensivamente incapacitado de lastimar a los rivales. La vara está baja y ahora será el nuevo técnico el encargado de levantar un equipo que está por el piso.
Tevez está ante su primer desafío como técnico y Central está ilusionado que ese desafío sea exitoso. Ya no hay lugar para un nuevo fracaso, el campeonato está en marcha y, salvo en la victoria ante Godoy Cruz, este equipo, así como está no parece para nada competitivo.
Con el libro de pases abiertos lo primero que tendrá que hacer el Apache y su gente, será concretar la llegada de jugadores que se rumorean de la semana pasada. Claro está que el plantel necesita reforzarse con no menos de cuatro futbolistas de jerarquía, que vengan a ser titulares. Y la llegada de estos jugadores debe darse cuanto antes así el proceso de conocimiento con los que ya están y con el cuerpo técnico no se hagan tan largo.
Es que Central está en una situación muy incómoda, una situación a la cual llegó por las malas decisiones que se tomaron hace un tiempo y que no tuvieron corrección de timón a pesar de los intentos que hubo. La poca capacidad económica-financiera, las negociaciones interminables y la mala ejecución de la política deportiva hicieron mella en el presente. Y si el Canalla hoy tiene una chance de salir de donde está es esta, con Tevez a la cabeza y con empresarios que acercarán jugadores. Después estará en la capacidad de los dirigentes en explicar los términos de este que parece un macro acuerdo.
Claro que también el ojo estará en la cintura del nuevo cuerpo técnico. Ya que la flamante conducción del equipo deberá encontrar soluciones en el corto plazo. Aquí ya no hay período de adaptación, es que Central debe levantar ante Gimnasia y pasar de ronda la semana que viene en la Copa Argentina.
Toda la apuesta está hecha en Tevez y compañía. No hay lugar para nuevos yerros, todo tiene que ser acierto porque sino la crisis que hoy está será mucho más profunda y las consecuencias podrían ser enormes.