Por Enrique Genovar
Central volvió a la victoria y lo hizo de la mejor manera. El Canalla ganó en una cancha muy difícil y ante el River de Marcelo Gallardo. Alejo Véliz tuvo una noche consagratoria y Gaspar Servio fue la otra gran figura del encuentro. Más allá de estos dos que sobresalieron el resto no desentonó y un escalón por debajo hay que ubicarlo a Mateo Tanlongo y todos los que compusieron el sistema defensiva.
Más allá de la vuelta al triunfo, de las individualidades y del rendimiento colectivo que tuvo el equipo, hay algo que es para destacar: Carlos Tevez demostró inteligencia y es por eso que fue uno de los grandes responsables de que el equipo sumase de tres luego de ocho partidos sin hacerlo.
Lo primero y más importante que se dio cuenta el Apache fue que hoy su equipo no está para jugarla de igual a igual a River (vale recordar que en el pasado reciente Central muchas veces se regalaba y la pasaba mal). A partir de ese dato interno y de convencimiento el entrenador armó la estrategia: overol, concentración, abroquelado para defender y rápido para salir, oportunismo y por sobre todas las cosas un poder de adaptación para acomodarse a cada circunstancia del partido.
Claro que el entrenador contó con actores muy importantes y que le entendieron a la perfección su plan: los jugadores. Si bien la charla técnica es inaccesible dio la sensación que los futbolistas nunca se corrieron del guion confeccionado por el director técnico.
Central ganó e incluso lo hizo con un arbitraje y un Var no del todo claro. Ya que hubo algunas jugadas que dejaron muchísimas dudas y ni hablar del tiempo de descuento que el juez fue agregando cada vez que el juego se detenía por algo.
Fue una victoria muy importante, esas que quedan en el recuerdo por el rival, por la historia en contra y por varios motivos más. Pero tiene que ser un triunfo para aprender y principalmente para que sirva de mojón para elevar la vara de cara al futuro porque no se puede volver a permitir un año tan malo como el que tuvo.