Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar
El inicio de la Copa de la Liga fue más de lo mismo para Central. El Canalla no pasó del empate en su primera presentación, pero más allá del resultado ante Atlético Tucumán, en el juego quedó muy en deuda. El equipo de Miguel Ángel Russo hace cinco partidos que no gana (incluyendo el de Copa Argentina) y de los últimos diez solamente ganó uno solo. Por esto y por la carencia de juego el entrenador tiene que cambiar.
Nombres, esquema, formas, cualquier modificación en este presente será bienvenida. Es que Central se ha vuelto un equipo previsible, sin sorpresas y con pocas herramientas para poner en aprietos a sus rivales. El cambio es ahora, ya. Si el cuerpo técnico no modifica rápidamente la Copa de la Liga le quedará muy a contra mano y el objetivo de ir al ruedo internacional en 2024 le será muy difícil de cumplir.
Lo que fue un acierto de Russo en su momento hoy ya no lo es. La posición de Ignacio Malcorra fue una movida táctica que dio sus réditos, es que el de corte de pelo llamativo fue amo y señor en el equipo del semestre pasado. Pero en este presente el 10 no tiene sorpresa ya que los rivales lo tienen bien apuntado y si bien carece de socios el propio futbolista parece estar perdido en su laberinto.
Claro que todo no depende de la posición del ex Lanús. Giaccone tiene muchos altibajos, Campaz aparece y desaparece en un mismo partido y el doble cinco tiene muchos inconvenientes independientemente de cómo esté conformado.
¿Serán solución los nuevos futbolistas que han llegado? ¿O Russo deberá modificar esquema? Dependerá del cuerpo técnico y de las herramientas que tengan a disposición, pero que tiene que haber cambios es un hecho y los mismos deben ser ahora, antes de que la falta de resultados se siga acrecentando.