Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar
Ganar de local y no perder de visitante en la Copa Libertadores es lo recomendado. Históricamente aquellos que peinan canas aseguran que si un equipo hace esto, no tendrá problemas en pasar a la siguiente ronda. Pero hay excepciones y esto ocurre cuando el rival que enfrenta es muy débil, entonces ahí se impone la frase que hay que ganarle a ese equipo tanto de local como de visita porque si no sumas los seis el objetivo de llegar a octavos se puede complicar.
Central tuvo en Venezuela la posibilidad de traerse los tres puntos. Ya que Caracas, que fue goleado en sus dos primeras presentaciones, es muy débil, uno de los equipos de menor jerarquía de todos los que juegan esta edición de la Libertadores. Pero el Canalla no pudo y apenas sumó un punto.
¿Por qué no ganó? Si bien tuvo más la pelota se vio un equipo que casi nunca supo cómo doblegar al rival en la red. Después de un primer tiempo muy pobre en el segundo los cambios mejoraron la producción, pero solamente le sirvió para llegar hasta el empate. Y el gol llegó luego de una pelota filtrada de Jonatan Gómez para Agustín Módica que definió como indican los manuales dejando sin chances al arquero venezolano. Dos de los que ingresaron cambiaron el resultado del partido y permitieron aunque sea la cosecha de una unidad.
Antes y después de esa jugada lo de Central en Caracas fue bastante pobre. Jugadores en bajo nivel y otros que ni siquiera pudieron encontrar el camino de cómo disputar un encuentro que en la previa era totalmente favorable.
Luego del partido y por lo que sucedió entre Atlético Mineiro y Peñarol el punto le permitió a Central llegar a colocarse segundo en su grupo. Pero la sentencia para ver si la unidad le servirá o no estará cuando se conozca si el Canalla clasifica o no a los octavos de final de la presente Copa Libertadores.