Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
A Central le costó muchísimo el partido y por eso no pasó del empate. El equipo de Miguel Ángel Russo no fue el de siempre, le faltaron más cosas de las que tuvo y si bien sumó lo que se vio no fue bueno. Colón le hizo un planteo inteligente y fue el adversario más bravo que le tocó al Canalla en el Gigante. Más allá de que no pudo sumar la campaña como local roza casi la excelencia ya que continúa con el invicto y, salvo dos encuentros, al resto los ganó.
Pero, ¿por qué Central no fue el de siempre? Lo primero es que el equipo extrañó a Mac Allister. El ex Talleres no tuvo reemplazo y eso el equipo lo sintió.
Es que Russo se la jugó por el debut como titular de Tomás O’Connor y el juvenil no tuvo una buena tarde. Y si bien el DT quiso reacomodar el doble cinco cuando lo mandó a jugar a Gino Infantino, tampoco la cosa funcionó. Es por esto que ni el que eligió el técnico en primer término anduvo, ni el que ingresó después.
Otras de las cuestiones que se vieron en el juego es que le costó muchísimo imponer condiciones, algo que suele no costarle en el Gigante. La idea de Gorosito fue salir a esperar con mucha gente en la mitad de la cancha y esto le dio rédito a su equipo que salvo en contadas oportunidades se vio encerrado por el Canalla.
Una de las principales virtudes que tiene Central a la hora de jugar ante su gente es que busca siempre presionar a sus rivales y para eso hace una muy buena tarea por los costados. Pero ante Colón esto no se vio; ya que Giaccone estuvo intermitente y Campaz, si bien levantó en el final, no tuvo una buena tarde. Central fue previsible. Fue un equipo que no tuvo cambios de ritmo y que le faltaron más cosas de las que tuvo para quedarse con la victoria.
El Canalla no pudo sumar de a tres. Una victoria que le hubiese permitido escalar otra posición en la tabla, pero claro está que todos los partidos no son iguales y que la paridad en el fútbol argentino es algo que ha llegado para permanecer durante mucho tiempo.