Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar
Las declaraciones de Marco Ruben post derrota en el Monumental hicieron ruido. Es que el goleador histórico habló de falta de respeto, de destrato y sin nombrarlo sus dichos tuvieron como receptor a Ariel Holan. Y como siempre ocurre, tras expresiones pocos habituales, los hinchas tomaron partido: algunos piensan que el referente estuvo bien en contar sus sensaciones y otros que no.
Marco dijo lo que sintió en ese momento. Y decir lo que un individuo piensa, en el mundo del fútbol, muchas veces está mal visto ya que se antepone a lo colectivo. Por eso son pocos los protagonistas que se pueden dar el lujo de marcar una situación y el delantero lo puede hacer porque se lo ganó.
Es el goleador histórico del club, es campeón, es referente y es ídolo; un cúmulo de cualidades que le pertenecen.
Ahora bien, dentro de sus dichos hay un trasfondo. Pero que Ruben no hará público porque más allá de sus sinceros dichos hay algo que no va a romper y que son los famosos códigos. Algo pasó entre el goleador y el técnico, pero quedará entre ellos.
Lo cierto es que Marco se sintió destratado. Y por lo que se vio en cancha de River sus sensaciones no fueron erróneas. El técnico lo sacó en el entretiempo y se sabe que cuando a un futbolista lo cambian en el descanso es todo un mensaje. Holan se equivocó en su decisión, en una tarde donde erró todo. Pero está claro que los técnicos erran y no va a ser la primera ni la última vez que le suceda al entrenador de Central.
Ruben es así, siempre lo fue. No le importan muchos los momentos si siente algo. No le importa el qué dirán. Para muchos sus dichos fueron en un momento inoportuno por lo que había pasado en la cancha minutos antes, pero él expresó lo que sintió en ese momento. Y no está mal, lo que sucede es que una sinceridad de estas en los días que corren hacen más ruido de lo normal.