Por Enrique Genovar
Para el infarto. De la tristeza a la euforia en un breve paso de tiempo. De estar arriba para después estar abajo y quedarse con la victoria. No es regular en su juego, pero nadie le puede decir que el equipo no va para adelante. Central va siempre en busca del resultado, con sus formas, con sus herramientas, pero principalmente con un corazón enorme. Tal vez esto último, la jerarquía de Emiliano Vecchio para definir en la última bola del partido y la importancia que tuvo el ingreso de Lucas Gamba, fueron determinantes para que el Canalla se quedara con un triunfazo.
Ítems aparte para Marco Ruben. El goleador auriazul marcó el primero y llegó a los 92 goles, se puso a uno del Matador Kempes y es sin dudas un ídolo del club.
Pero el alma de este equipo se llama Vecchio. El capitán, que no la venía pasando bien por molestias y que en la semana se sinceró ante todos los hinchas, tuvo un epílogo que el destino seguramente le tenía guardado. Cuando los hinchas reclamaban que la victoria se quedara en casa, puso toda su categoría en el pie derecho y mandó a la red una pelota que quemaba.
Fue victoria sufrida, pero victoria al fin. Fue un partido de jugadas. Donde Central fue responsable de los tres goles que hizo y tuvo la misma responsabilidad en los dos que le hicieron.
Golpeó de arranque, pero le costó demasiado ir en busca del segundo. Patronato, cómodo con su juego, implementó la fórmula que tanto daño le hace a los del Kily y tras un centro empató el juego de cabeza. Así, 1-1 terminó la primera etapa con un Ibáñez como figura.
El triple cambio que hizo el Kily en el complemento finalmente terminó dando sus frutos. Vecchio y Pupi Ferreyra anotaron tras asistencias de Gamba; pero antes hubo un desarrollo y el mismo lo tuvo a la visita como protagonista. Ya que se puso arriba después de una mala decisión de Jorge Broun que dejó la pelota servida a un rival cuando el manual indica que la misma tenía que ser enviada afuera.
Tras el tanto de los entrerrianos, los hinchas se expresaron en contra de la dirigencia y le pidieron actitud a los futbolistas. El nerviosismo se instaló en el estadio y se convirtió en delirio luego del gol de Vecchio.
Central volvió a la victoria. Era necesario sumar de a tres y si bien no hizo los deberes como quería cumplió en la tarea que el presente le había encomendado. Ganó y la clasificación a la Sudamericana sigue siendo algo posible. Ahora irá a Vicente López y luego recibirá a Racing, tres partidos en 8 días que definirán mucho el futuro que se le viene a este equipo que por más que mantenga un nivel regular siempre va al frente.