Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar
Los flashes del partido ante Lanús se los llevó Marco Ruben y está bien. Es que el goleador no sólo volvió a jugar en Central sino que hasta se dio el lujo de convertir. Y no fue un gol más, ya que fue el en el primer partido, en su regreso y sirvió para que el Canalla no perdiera y sumara un punto. Pero la gran deuda en el juego ante el Granate fue otra vez la generación de fútbol.
Central casi no generó. Es que los encargados de hacer funcionar la usina futbolística otra vez estuvieron ausentes a la hora de hacerlo. El único que intentó, a los ponchazos, como pudo, fue Ignacio Malcorra. Pero lo hizo con arrestos individuales, con un par de remates desde afuera y nada más. En tanto que Jaminton Campaz no pudo hacer nada. El colombiano estuvo bien marcado, pero jamás se pudo sacar un hombre de encima. Y en cuanto a Lovera y Giaccone, fue el Laucha quien con la sesión a Ruben salvó la ropa.
¿Por qué Central no genera fútbol? Mucho tiene que ver las formas que tiene el equipo. Y sin dudas el hecho de correr a Malcorra a la derecha influyó negativamente en su desempeño. No queda mucho para el receso, será el juego ante Godoy Cruz y tal vez el de Copa Argentina ante Barracas. Pero no hay dudas de que el entrenador tendrá que revisar el libreto en el parate para encarar la reanudación del torneo y el cruce por los playoff de la copa Sudamericana.
En esa búsqueda de juego a este plantel le falta un volante por derecha. Uno que haga la banda, que tenga la capacidad para romper hacia adelante sin desobligarse de la marca. Un 8 a la antigua, un jugador que se ubique bien abierto, pegado a la raya. Ahí seguramente se centrará la búsqueda en el mercado de pases y está bien porque debe ser una prioridad. A partir de su posible llegada luego será Russo quien tenga la obligación de que su equipo vuelva a generar juego. Porque no hay dudas de que el gran problema en este semestre es la falta de fútbol que muestra el equipo.